Con el agujero de desdichas
que cavé yo solo para protegerme,
no me siento tan seguro como tú;
aún no me basta el negro vacío
así que haré murallas gruesas
que repelan tus palabras,
también podrán detenerte
cuando llegues a mi memoria
o cuando me observes demasiado.
Ni creas que te regalaré
un sólo minuto de atención,
tampoco creas que soy yo el malo
ni se te ocurra detener mi acto,
jamás he sido tan constante
y no pienso despedazarte
como lo conjeturaste hace poco,
puesto que no hice nada mal,
(te borraré esa leve satisfacción);
yo lo admito: te amé de sobra
y hasta ahora fue mi más grande error.
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