No encontré jamás tu despedida,
me propuse no hablarte, callarme,
tú te propusiste sólo dejarme
y ninguno hizo su promesa cumplida.
Dejaré de recordar que pensé olvidarte
porque te divierte más este juego
de reencontrarnos para amarnos luego,
además ya no resisto la idea de alejarte.
Lo que me queda por escribir acá
es un conjunto de verdades calladas
que esperan por tus escasas llamadas,
Pero como tu intensa memoria no me saca
decoraré el poema con un espacio vacío
y fingiré que tu boca a la mía silenció.
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