domingo, 29 de julio de 2012

Karma

Olvidamos lo importante,
somos lo más inmediato,
la ínfima estupidez
de un humano corriente,
el programa de amarnos
sin amar más gente,
somos genocidio ambicioso,
la perfecta alquimia oculta
detrás de la librera.

Cambiamos el mundo
sin buscar alegrías,
un desenlace de energía
que se invierte en desorden,
la mejor paga para el egoísmo,
un arte entre hielo,
un error consumado,
tiernas palabras con miedo,
desconocimiento total.

Incapaces de alcanzar
a Dios mismo,
imitando martirios compartidos,
azotamos los destinos
que tocamos,
volcando religiones iguales
con nombres imaginarios,
¡somos uno mismo!

Somos hijos de la tierra,
el estorbo del cosmos,
la implacable voluntad
que actúa sin voz,
entre los surcos de la fe,
imitamos al hierro
como una pluma al fuego.

Herimos nuestro idioma
y yo sólo interrogo,
reímos sin eco,
pero puedo escribir aún ciego;
puedo ser distinto
siendo carne de lo mismo,
porque comprendo un idioma más,
algo universal.

Tengo ventaja sobrevalorada,
tengo un Dios sin espada,
tengo un karma como tú,
tengo un karma intenso,
la marca de mayor peso
que reacciona ante mi lienzo.

Soy piedra entre arena,
y ustedes hermanos:
son puro polvo disperso;
convencerlos de mis pasos
es acabar siendo esclavo
de sus envidias codiciosas.

Yo hablo al cielo
con las manos en la espalda,
con la mirada sin disgusto,
con el gusto de ser parte
de la fuerza del azar
que rige a la creación.

Yo no tengo un Dios,
yo los tengo a todos,
no los nombro ni los veo,
pero el karma me ha dado
el don de convertir
en droga este intelecto.

¡Mañana te ocurrirá lo mismo
que le provocaste al planeta,
porque es más fácil recibir
cuando entregas con los ojos abiertos
que cuando ofreces todo
con la vista puesta en lo urgente,
ama lo importante!

Salva tu madrugada con sol,
imitando a quien te ayudó,
evita mostrar tu mejor cara
con quien te devuelve indiferencia,
sé tu mismo sin mover
hipocresía bajo tus pies,
llora con sinceridad
pero ora con la verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario