La dama que llueve de noche,
camina mejor en lo oscuro,
discute de amores viejos
y escapa de citas tempranas.
Baila tangos en la neblina
cuando está tristísima,
pero se limita a cantar
cuando piensa en él otra vez.
Desnuda la boca de miedos
al sentirse tan sola
y provoca lágrimas de placer
a quien le roba un suspiro.
Se pervierte de fama
con un poco de ilusiones,
pero goza sus fantasías
con agua en la piel.
Viene del carnal paraíso
lleno de olvidada pasión,
y se dirige muy lejos
donde mi alma no ve.
Una sola vez la tuve cerca
y una sola vez me bastó,
tanta azúcar en su voz
hizo más frío mi corazón.