Escondida en el regazo
de un amante silencioso,
descansaba su cabeza.
Era noche su madriguera
y confortable su abrazo.
Un retazo de cabello
descolgaba entre sus dedos
cuando al susurro
de una caricia en la mejía
buscaba su sabor a alegría.
La sonrisa no tardó
y a los ojos se la llevó,
la tomó como de costumbre.
De pronto luz no hubo
porque el frío estorbó su calor.
Tanto tiempo estuvo
que Noviembre se acabó,
al no más el beso terminar
se desmayó de engaño
por el sueño que procuró.
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