Me gustas porque siempre estás bien ausente.
Me gustabas porque estabas siempre presente.
Y he buscado tanta excusa ilógica y consecuente
para no dejar de quererte y retenerte en mi mente.
Tiendo a atender tus frías despedidas como saludos.
Tiendo a ver en tu soledad un Dalí de ambos pintados.
Es que prefiero imaginar donde mejor nos veríamos los dos
para no dejar de quererte y no perder aquel amorío en olvidos.
Me gustas porque has estado demasiado ausente.
Me gustabas cuando conmigo permanecías presente.
Y seguiré buscando más excusas entre los recuerdos
para no dejar de quererte aunque tienda a hacerte remedos.
Me gustabas porque estabas siempre presente.
Y he buscado tanta excusa ilógica y consecuente
para no dejar de quererte y retenerte en mi mente.
Tiendo a atender tus frías despedidas como saludos.
Tiendo a ver en tu soledad un Dalí de ambos pintados.
Es que prefiero imaginar donde mejor nos veríamos los dos
para no dejar de quererte y no perder aquel amorío en olvidos.
Me gustas porque has estado demasiado ausente.
Me gustabas cuando conmigo permanecías presente.
Y seguiré buscando más excusas entre los recuerdos
para no dejar de quererte aunque tienda a hacerte remedos.
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