domingo, 25 de enero de 2015

Sin Título

Que si me fuera a dormir la soñaría me han dicho
y por no soñarla, la he pensado en vela.
Por quererla y no saber si soy aún correspondido,
he respondido callando mis conversaciones.
Para no amarla, comprendo que no debo tenerla,
hacerla mía podría herirme o herirla.
Ya el temor es presa y he buscado evitar su memoria,
en voz baja repetir su nombre e intentar borrar sus frases.
La tinta que manchó mis manos ahora más que nunca,
me ha manchado el corazón de angustia.
Cuando vuelvo los ojos a otros ojos, qué mentira,
querer encontrarme con los suyos y verlos míos.
Esas manos que enseñan sobre las mías
bien podrían ser las suyas si me hubiera dicho la verdad.
Pero un duro golpe de realidad, hace mella
en las ausencias y llegadas tarde con que prefiero recordarle.
Un hombre también sabe dar lo que no ha tenido,
mas un hombre también olvida como hacerlo por segunda vez.

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