domingo, 22 de febrero de 2015

En La Boca Del Naufragio

¿Qué privilegio me arrastra
a playas tan alejadas de sal?
No soy electo náufrago en tu piel,
ni menos he merecido tacto de vuelta.

El regreso de tus olas
golpea luego con más fuerza
las heridas a media sutura previas,
que por profundas, hoy en tus costas sanan.

Otros navíos dieron vuelco,
forma y viento a tus arenales,
más yo te ofrezco la medida entera
de unos versos tan altos como tu marea.

Velas y huellas te verán,
etérea y finalmente avante,
desconocida quizá con el tiempo,
pero mía podrías apellidarte, bella isla.

Si aún sola te ves
y en sobras de besos
desierta de amor pero no de calor,
¿podré ser yo a quién has esperado tuyo?

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