martes, 21 de julio de 2015

La Sangre

Eres una mujer difícil de elogiar,
tan inteligente y galante de sobra y porte
que inefable se hace a mi literario arte,
cual arándano entre tus dedos
sabes como tomarme, morderme y sangrar.

Me haces tuyo vaciándome,
envuelto en tu boca, en la seda de tu aliento,
tú, sabes como nadie donde dañar,
como curar y aún así sanarme lentamente
cuando podrías hacerlo rápido y certero.

La sangre tiene memoria,
sabor a sal y una dulce gloria milagrosa
que llorarse mejor hace que obviarse,
así como cuando me ignoras
sabiendo que es la mejor forma de amarme.

Al árido son de mi necia necesidad de afecto
me ves mejor de lejos,
porque sólo tú entiendes lo que es
incentivar mi dependencia a tu ser
sin ver ni obtener respuesta de tu voz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario