Y le dije de frente,
muy cerca de la comisura de los labios,
casi tocándolos,
con el mismo aire rosándole la sonrisa:
"Si te veo es como siempre,
siempre con ojos locos de amor."
Me tomó de la mano con suavidad,
se acomodó a mi lado sin verme,
se sonrojó,
caminamos por la vida
y desde entonces muy de cerca
las ganas calló para silenciarme más palabras.