lunes, 27 de mayo de 2019

La Sopa De Cerditos

Aquel lobo hambriento salivando bajaba por aquella chimenea de ladrillo. Abajo su nariz percibía los condimentos para el caldo de la cena de los tres cerditos. Una pata mal puesta en las baldosas lo hizo caer de cabeza, contusiones aparte empezó a hervir junto a los restos y las sobras sin que aquellos tres hermanos lo supieran.

Durante la cena hablaron de lo difícil que había sido librarse del lobo con pulmones de acero, engulleron más de la mitad de su sopita y pensaron en cuán orgulloso estaría su padre de haberse enterado cómo sobrevivieron a un depredador canino tan voraz e insistente como el de ese día.

A la mañana siguiente lavando la cristalería, la vajilla y la olla, supieron reconocer al mismo tiempo los tres, que se hallaban los harapos del sombrerito del lobo flotando y, más abajo, el pelo del canino que sazonó su última cena.

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