sábado, 31 de octubre de 2020

Trascender

Querer partir sin decir adiós
en alguna lengua
debiera ser argot para el amor:
lo debe contar una memoria,
quizá los libros
o quizá la vida
        llegando al final
        te lo pueda susurrar...

Como secreto bien guardado
o como recompensa por molestar poco al prójimo,
la respuesta al sueño eterno
debe ser la quietud de la lástima,
aún en el dolor de roles transfigurados,
        la nicotina en extinción
        como último recurso.

Pero tengo claro que de las teorías más hermosas,
la mejor es la de la genética,
porque aguarda y teme y,
        sobre todo
        lo bueno y lo malo,
nos deja la lección de enfrentarnos menos solos
a la trascendencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario