A cuenta gotas
saben mejor las penas,
el hambre,
las lágrimas,
la desesperación
y la voz silenciada de Dios.
Así como semillas
regadas por cada día del año,
se van ahogando bajo tierra,
esos duros vidrios indivisibles
de un dolor
que en lugar de dar flores,
espera paciente hacerse mina de suelo,
miseria triste
o canto de niño enfermo.
Interesante exposición de temas, combina la juventud y la energía para escribir. Saludos Rodrigo
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