No me pretenda,
que con la boca abierta
no se consigue beso ni musa,
ni lo intente con la mirada
que no la agradeceré
ni de claro entender
ni para garabatear sobre la almohada.
No siga intentando
convencerme de inspiración,
que si se esconde tal pretensión
debe ser por divino mandato.
Haga caso omiso de la ocasión,
no es de buen entendedor
hacerse el sordo ante mi trato.
Si aprecia lo que hago
no me exija tanto.
No, cariño no,
escribir no me place
si por ruego te lo hago,
es de mal amante
coger la mano cuando se pretende ultraje.
Ya no se rebaje,
no lo solicite demasiado,
que mientras más haga llanto,
menos disfruto de sus labios el trago.
Si no le escribo no es porque no me nazca
sino porque no encuentro en usted
rastro alguno que me complazca,
perdone, pero escribir no me place para usted.
Si aún aprecia cuanto hago,
beba conmigo, duerma conmigo,
sueñe que escribo
cuando acabe el próximo trago.