Introducción

El poeta que bebe café sabe bien
que el único mejor aroma
entre la tinta y la taza
es el perfume de su amante.

-Rodrigo Villalobos F.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Escribir No Me Place

No me pretenda,
que con la boca abierta
no se consigue beso ni musa,
ni lo intente con la mirada
que no la agradeceré
ni de claro entender
ni para garabatear sobre la almohada.

No siga intentando
convencerme de inspiración,
que si se esconde tal pretensión
debe ser por divino mandato.

Haga caso omiso de la ocasión,
no es de buen entendedor
hacerse el sordo ante mi trato.

Si aprecia lo que hago
no me exija tanto.

No, cariño no,
escribir no me place
si por ruego te lo hago,
es de mal amante
coger la mano cuando se pretende ultraje.

Ya no se rebaje,
no lo solicite demasiado,
que mientras más haga llanto,
menos disfruto de sus labios el trago.

Si no le escribo no es porque no me nazca
sino porque no encuentro en usted
rastro alguno que me complazca,
perdone, pero escribir no me place para usted.

Si aún aprecia cuanto hago,
beba conmigo, duerma conmigo,
sueñe que escribo
cuando acabe el próximo trago.

Al Ronco Silencio De Otra Helada Noche De Noviembre

Escondida en el regazo
de un amante silencioso,
descansaba su cabeza.
Era noche su madriguera
y confortable su abrazo.

Un retazo de cabello
descolgaba entre sus dedos
cuando al susurro
de una caricia en la mejía
buscaba su sabor a alegría.

La sonrisa no tardó
y a los ojos se la llevó,
la tomó como de costumbre.
De pronto luz no hubo
porque el frío estorbó su calor.

Tanto tiempo estuvo
que Noviembre se acabó,
al no más el beso terminar
se desmayó de engaño
por el sueño que procuró.

Si No Te He Escrito

Perdóneme el arte de evitarle,
no es proeza loable
vaciar de ignorancia su espacio ausente,
debe ser mi mala vista
que no requiere de lentes pero sí de atención.
Pero mejor culpemos
al brebaje alcalino
de estar alcoholizando mi sistema circulatorio.
Cuesta oxigenar la memoria,
sobre todo cuando se trata de usted,
quizá porque no anda a mi alrededor
o porque si estuviera menos lejos
igualmente me rechazarían sus ojos
aunque sus labios pronuncien lo contrario.

Mas no se preocupe, cariño apartado,
que mientras menos hablemos
menos daño tendremos.
Si le escribiese a usted lo que le escribo a otras
no me creería.
Pero igualmente disculpe a este caballero
que sirvió de nada a su nueva vida,
que nada afectó aparentemente la anterior
y que con media vuelta y lápiz en mano
se tomó la molestia de dejar vacío
el papel que firmado solicitó.

No crea que es por poco afecto,
en absoluto, no,
no es por mala educación,
en absoluto tampoco,
es que cansado estoy
de acometer y abogar por su bienestar,
cuando hay alguien nueva esperando por mí
en el umbral.

El Demonio Está Adentro

Tú andas afuera
jugando inocente, corriendo en la arena
descalza y emotiva ante cualquier cambio de clima.

¿Quién más anda afuera?
Cuéntame, ¿quién te acompaña
y por qué te somete a un dolor que te anima?

Quizá ya mañana
tu sonrisa se canse, vibrando de pena
por dejar al demonio bien dentro y a mis besos de fuera.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Tendencias

Me gustas porque siempre estás bien ausente.
Me gustabas porque estabas siempre presente.
Y he buscado tanta excusa ilógica y consecuente
para no dejar de quererte y retenerte en mi mente.

Tiendo a atender tus frías despedidas como saludos.
Tiendo a ver en tu soledad un Dalí de ambos pintados.
Es que prefiero imaginar donde mejor nos veríamos los dos
para no dejar de quererte y no perder aquel amorío en olvidos.

Me gustas porque has estado demasiado ausente.
Me gustabas cuando conmigo permanecías presente.
Y seguiré buscando más excusas entre los recuerdos
para no dejar de quererte aunque tienda a hacerte remedos.

viernes, 7 de noviembre de 2014

A La Chica De Un Mediodía De Noviembre

Hablarle,
pudo ser como arrojar una piedra al estanque,
pudo ser el mejor error en mi vida
pero no por ser el mejor dejaría de ser error.

Pudo tener repercusiones
pudo tener consecuencias en su vida más que en la mía.

Hablarle,
pudo ser como arrojar una piedra al estanque
porque como pececillo asustado pudo haber huido,
quizá también pudo haberme amado;
haberse enamorado y quedarse conmigo también pudo.

Aún así, pude verle tan distraído
la sutilísima fisionomía,
falta de altura y dichosa en sus márgenes.

Era su espalda, tan envolvente,
e incitadora hasta en el lunar
que se dibujaba en el costado
bajo la prenda de delgado encaje.

Consideré beberla de un solo sorbo,
al fondo de mis mayores lujurias,
pero me detuvo su mirada,
que invitada por la mía se perdía en confusión,
se quedó ahí estática y sin voz.

Hablarle,
pudo ser como arrojar una piedra en aquel estanque
de tranquilidad e incalculable juventud.

Hablarle
hubiera sido lo más parecido
a manchar un Rembrandt con la mano sucia.

Estrecha la fila de gente
entre los alfileres líquidos bajo sus cejas
y mis mortales y debilitados ojos viciados de amor,
¿qué era yo para ella?
eso nunca lo sabré.

Maleable ante esa presencia intensa
como ninguna fémina antes pudo,
estuve consumido en contemplarla porque era arte en carne,
era mía en mi mente.

Hablarle,
pudo romper el embellecido cristal
que ornamentaba sus labios de silencio.

Hablarle seguro habría desatado algo diferente
en el ánima perfumada de belleza
que se antojaba a mis manos y a mi ideal.

Casi obtuve su nombre
porque casi quemaba con mis dedos la soltura de su cabello
cuando me acerqué más,
cuando rogaba a mi Dios que me diera cuanto ella era.

Hablarle,
pudo ser el hurto de una paz compartida;
el más estúpido susurro vocal
que desencadenara un eco veraniego
en los pétalos de vidrio escarlata
esculpidos en la parte baja de su cara.

La temí mía, por celos,
la perdí ajena, por no verla morir,
era la acuarela de ensueño más viva y real
que un dios pudo crear, llorar y matar.

Fue infortunio, casualidad, daño colateral
o tan solo el soplo otoñal
que a mi ser hizo
del resto del mundo dudar en existencia.

El único bosquejo que rasga mi memoria
está en azul y negro
con el pelo castaño claro, casi de espaldas,
saturada de blancura,
diluida de pasos cortos y casi estáticos,
embriagada de enfrentarse a mí sin haberme tomado.

Escribirle,
a la chica de un mediodía de noviembre
es ver lo invisible;
es acabar por hablarle con entendimiento
a este moribundo corazón
que se mancha de voluntad por volverla a buscar.

martes, 4 de noviembre de 2014

Cuando Es Noviembre

Cuando el instinto de alejarte se me despierta,
como fiera reptante o como ahogado suspiro,
el frío me recuerda la razón ilusa
por la que no me permito acabarte violentamente
con mental olvido o resentimiento...

Cuando tu ausencia delata
que no basta con mis intenciones
para convertir estas ganas en amor,
la nostalgia se acomoda entre la tarde
y el amargo sorbo de la desilusión...

Cuando toda la flora de mis anhelos muere
y se pudre lento en llanto de caprichos,
desmentida y entristecida por las sobras
de una seducida espera,
me queda al menos el gusto de sentirte sin tenerte...

Cuando enfrento a mis fantasmas
todos callan, todos ríen y luego callan,
imaginación son todos y todos son garabatos,
porque ni abrazarlos puedo para mi deleite
ni me atrevo a destruirlos porque duele intentarlo...

Cuando es noviembre
al viento parece frágil mi alma,
se vuelcan sobre mí las sílabas geométricas
de cada nombre que con cariño yo mencioné,
se queda la noche con mis caricias al aire...