Una fuente cuyas aguas yacen
en dormidos labios tan tenues
le quitan el tedio hasta a un lunes
porque se agitan con estas frases.
Tantas playas vírgenes de tacto
aguardan por una huella encima
después de que las mismas brisas
han acariciado sus arenas al paso.
El tiempo liviano se hace vino
en los cristales de un par de ojos
que separan a una dama de todo
cuanto es y cuanto ya ha sido.
Y de pronto el único equilibrio real
para sus inquietos latidos suyos,
soy yo, haciéndola ver que juntos
no habrá historia de amor más bella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario