Poner en tus manos supe
las mejores horas de mi día,
los mejores sueños de mi noche
y al oído el último susurro de mi jornada.
Besar bien tus labios intuí
para hacerte quedar otro poco,
para hacerme más tuyo que ayer
y así convencerte de que estás enamorada.
Devolver a tus ojos logré
la alegría de un hondo suspiro,
la alegría de tan dulces caricias
que arrastran tus lágrimas en la mirada.
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