Es un circo de humo
la ventaja de tu existencia
sobre estos hombros
que han cargado con tu espera.
Debió quedarse abordo
la voluble disposición
de indisponerte a mí
cuando partiste inoportuna.
No comprenden mis días
las huellas de cada minuto
sin aquella impresión impregnante
de aromatizarte con mi ilusión.
Nada permanece hoy en día
del varón que antes fui,
porque has sido siempre tú
el hurto victimizado de mi desamor.
Rehén sin daño ni secuestro,
te has malgastado la vida
y algo de la mía también,
guardando sólo mis palabras.
Si por darte el desvelo
de mis malintencionados versos
has cedido indiferente,
vete sin ver atrás a mi nueva dama.
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