Introducción

El poeta que bebe café sabe bien
que el único mejor aroma
entre la tinta y la taza
es el perfume de su amante.

-Rodrigo Villalobos F.

domingo, 26 de octubre de 2014

Collage

I

No hay ciencia sencilla
(ni siquiera sé si hay ciencia)
detrás de una dama,
que inmortalizada,
asume trascender en arte
a través de mi papel.

II

Breves las estrellas como breves sus labios
cada una ha renegado de mí, infeliz y olvidado,
por infidelidad, me alegaron casi todas
y por promesas, aburrimiento y otras cosas
se terminaron de ir el resto y demás...
si supieran que por mí, se sienten más hembras.

III

Súcubos y cuervos criadas fueron
en su mayoría aquellas bellezas,
refinadas quedaron en mis textos
todas incluyendo a la más efímera,
estilizadas de mis mentiras
¡qué monjas se verían!

IV

Inocentes y calladas yo sufrí entre las sábanas,
las que menos daño hacían eran las que más hablaban,
no hay peores palabras que juzguen a una mujer
que las que son de aquel género similar
porque se hacen las ciegas ante sus luces
y se presumen sordas de un éxito igual dejado a la mitad.

V

Fieras amorosas febriles
deseosas de mí por instantes
que luego divulgan grises,
todas mías hasta que la tinta acabe,
todas damas hasta que sepan
que les hago todavía el amor con tristeza.

VI

Casi no queda ápice real
entre mi alegría y mi cólera
por carecer de como retenerles
al tango de unos pinceles
que tragan café, memoria y olvido
cuando en mis páginas las miro.

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