Introducción

El poeta que bebe café sabe bien
que el único mejor aroma
entre la tinta y la taza
es el perfume de su amante.

-Rodrigo Villalobos F.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Un Hijo De Otro Adelantado

Narración para jóvenes que se van de sus casas,
huyendo de sus familias para ordenar la cabeza
y desordenarse las hormonas.


Gerardo Samper o Geri para los amigos (tanto con pronunciación propia del yeísmo, como de la “ge”, jamás con pronunciación de "gue"). Era un chico normal hasta que aterrizó de sus vacaciones de medio año a suelo sagrado del instituto público donde cursaba su segundo básico.

El pobre Geri sabía solo lo suficiente para vivir tranquilo tras su razón de existir, era hijo de un excéntrico español que lo abandonó a él y a su madre. Estos extranjeros permanecen haciendo doble vida en paisitos como el nuestro, lejos de su casa se vuelven padres, panaderos, fuentes de ingreso, acentos curiosos, lavacarros con encanto a Hollywood en la sonrisa hedionda a guaro de días festivos y noches bien efímeras. El buen Geri tenía unos ocho o nueve añitos cuando vio por última vez al todólogo de su padre, el gallardo neoconquistador ibérico, don Gerard Samper de los Vados; buen porte el del tipo, casi le heredó su castaño claro y la buena altura, pero su arrastra sílabas catalán se le escapó a la genética, ¡puta deuda de vida, vago problema!

De la madre de Geri no había mucho por decir antes de aquella mañana. María Eugenia Santos de Samper era el estereotipo de mamá soltera, eso sí, deseada y pretendida por su conservado y perfecto estado físico. Dama joven en relación al resto de madres del instituto del Geri. Era de suponerse que los profesores del Geri fantaseaban con la mamá del chamaco, incluso más que con la entrenadora del equipo de voleibol, una peliteñida con ascendencia rusa, rumana, checa o algo así. Nunca advirtieron que todos tendrían oportunidad de hurgar el cuerpo de la señora Samper en aquel día y los que estaban por venir; porque sí, ella conservó orgullosísima siempre el apellido de casada tan ibérico y falaz, como don Gerard mismo.

Entre lo desagradable del momento, Geri Samper no se recuerda muy bien como ocurrió aquello. Tras la caminata de treinta minutos que realizaba de casa al instituto, como habitualmente pasaba, se adentró en el corredor principal, perseguido por silencios rotundos, miradas penetrantes y sonrisas picaronas que le dedicaban sus compañeros varones, como en tono de complicidad. De pronto comenzaron los murmullos femeninos, mientras lo veían de reojo y, para rematar, las risas in crecendo como nudos bien atados a la sinfonía, primero las chicas y luego los chicos.

Estalló en algún momento y corrió hasta su salón, cerrando tras de sí la puerta y entrando precipitadamente. Pocas cabezas asomaron sobre el escritorio la vista, empezó otra ola de murmullos. Su amigo de toda la vida, el buen Marcos Sepúlveda, se acercó al nomás verlo aterrorizado y encerrándose del escándalo del pasillo. Sepúlveda lo vio primero con cautelosa curiosidad, pero sabía que no tenía caso entretener más el momento.

-Anda, Samper, ya te enteraste, ¿verdad?

-¿Enterarme de qué? –La cabeza le daba vueltas mientras pronunciaba aterrorizado aquellas palabras.

-Del descuido de tu mamá. –le comentó, Sepúlveda.

-Amigo, qué mal chiste, ¿de qué va esto?, no entiendo una mierda.

-Es que… míralo mejor. –Sepúlveda le acercaba a su vez la pantalla quebrada de su teléfono móvil con una reproducción de pornografía violenta.

-¿Y esto de qué putas va? –Geri, entre molesto y curioso, seguía con la vista esa bizarra escena explícita del revolcón, un épico polvo digno de las más grandes corporaciones de pornografía con premium membership, donde no importa en qué minuto lo reproduzcas, no deja de entretenerte.

-No le vayas a dar más volumen a esa mierda, Geri… solo atento y miralo vos mismo.

A Geri Samper le sonó a orden irrevocable lo que le dijo Sepúlveda y siguió la escena por unos segundos más hasta que distinguió algo en el hombro de la actriz porno que jadeaba y sudaba por la excitación del miembro masculino que se le introducía y sacaba en un ciclo sin fin. Ese tatuaje era el mismo diseño de alas de mariposita de su mamá y… ¿quién podría ser el héroe sin condón que explícitamente le daba el polvo de su vida a la buena señora de Samper?

Con unos segundos más de silente atención (y estupefacción) reconoció el rostro a medias de su padre; las sombras producto de la iluminación en la dirección del rodaje para adultos, no eran suficientemente explícitas, pero supo reconocerlo por su cabellera castaña característica.

El Geri se quedó idiotizado, los alumnos iban entrando uno a uno a espaldas de Samper y Sepúlveda mientras estos dos se colgaban con la boca abierta del video. Sin acercarse más, Marcos le pidió el teléfono de vuelta, esperando la reacción y la cara del Geri. Sin embargo, Samper agachó la cabeza y sin ver a nadie, chocando contra todos, se fue del salón, con la cara desencajada, pero, sobre todo, avergonzado.

Iba a salir del instituto, cuando el encargado de limpieza lo detuvo en el portón. La directora lo alcanzó a tomar del brazo antes que Geri se abalanzara a la calle tras forcejear con el conserje. La autoridad máxima del establecimiento sabía bien de qué iba todo el asunto y llevaba un buen rato buscando al Geri para abordarlo en una pequeña charla de “orientación”, sin saber bien qué jodidos decirle al puberto. Ahora el conserje cerraba bajo llave el ingreso principal a sus espaldas (y con la mente puesta en el cortometraje que le habían pasado desde tempranas horas), no obstante, Geri era consciente que el portón del parqueo estaba abierto al otro lado. Entonces se dejó conducir por la directora cabizbajo, la mujer le hablaba murmurando, como en rezo somnoliento, y al primer acercamiento a la cancha que tuvieron, el muchacho salió huyendo entre las porterías y los carros. Rabioso y descompuesto, lagrimando las calles, en dirección a su casa.

Muchos asumían que era por la vergüenza, pero en realidad Geri Samper lloraba por haberse encontrado con el rostro familiar de su progenitor. El supuesto catalán, el que los abandonó a su suerte en este terruño tropical bananero a él y a su madre. "El maldito con el olvido entre la maleta", se decía para sí mismo cada vez que pensaba en don Gerard. Sin comunicarse y sin dejar un solo centavo, se largó a tener nuevas esposas y nuevos hijos.

Mientras lloraba en mutis, el pequeño Geri, con catorce años de edad, sentía que ya no había nada por ver. De pronto, tenía dudas, buscó en su teléfono y al menos en tres grupos se lo habían compartido. Entonces lo vio, ahí estaba grabada la fecha que aparecía en la esquina inferior del video amateur de sus padres y a media cuadra de llegar a casa se detuvo en seco, sacando cuentas… ¡él era el producto de aquella filmación! Volvió a hacer números, no estaba seguro, si él había nacido en diciembre de ese año y el video era de marzo… ahora sí estaba seguro…

El Geri no volvió a su casa solo porque sí. Él sabía que si volvía rápidamente hallaría a su madre antes de que esta se marchara al trabajo de siempre. Y así ocurrió, entre sollozos y una rabia incontenible, el adolescente se enfrentó de cara a su progenitora temblando por lo ocurrido, entre tímido y desconcertado.

-Madre…

Para su sorpresa, la voz de María Eugenia estaba apacible y tal vez sabía qué decirle su niño en esa situación, su mente lo había procesado por años.

-Deberías estar en el instituto, Gerardito.

-Es que… todos en el insti… -se armó de valor y tras suspirar hondo dijo- madre, ¿soy el hijo de una porno?

-Sí, Geri. Vos sos producto del mejor polvo que me he dado en toda la vida. –El tono relajado de la señora María Eugenia, tranquilizaba e inquietaba a su hijo a la vez y esta le increpó -A ver, contame, ¿cómo lo supiste?

-Todos en el insti… -sollozaba de pena, mientras trataba de responder- todos pues… me veían al entrar y…

-Bueno, tarde o temprano pasaría, Gerardito. Mirá tu papá y yo éramos jóvenes, y sí, sos producto del video y yo no tengo problema con ser reconocida como actriz porno, de hecho, tu papá se empezó a dedicar a la industria y mirá que no le ha ido nada mal, mijito.

La cara del Geri se ensombreció, con la mirada de un auténtico vegetal miró a su madre a la cara al fin y dejó de llorar para recibir una historia de la que su madre parecía muy orgullosa. Es decir, Geri nunca tuvo noción de a dónde migró su papá tras abandonarlos, menos iba a saber a qué se dedicaba aquel ajeno hombre de su memoria.

María Eugenia se volvió una pésima maestra de educación sexual en aquel momento y le contó al pobre Geri con pelos y señas todito lo que traía oculta su existencia, la que parecía tan sencilla hasta ese día.

Resultó que la mamá de Geri fue la primera estrella porno de la productora que fundó don Gerard. Geri nació y producto de aquella degeneración transgredió la vida de fornicación pública y fílmica de doña María Eugenia. Al papá de Geri se le daba bien ganar pasta con sus filmes eróticos, pero empezó a hacerse de créditos ilícitos, provenientes del narcotráfico local y esa fue la razón por la que debió abandonar el país junto a sus putas y sus cámaras, adiós al buen don Gerard, heraldo de la pluralidad de los coitos, canciller de la paz sexual y de la revolución de los cuerpos desnudos. En otro tiempo pudo haber sido un excelente virrey o un administrador de haciendas respetable. Hoy solo era un proxeneta de las pantallas de internet con buen acento y polla suficiente para el mercado del sexo visual.

Explicarlo no parecía problema para la mamá del Geri, sin embargo, a él le afectaba cada sílaba que salía de la explícita boca de su madre. El daño recibido esa mañana le dejó alejado de su círculo social por semanas al jovencito. Geri decidió cambiar de vida, cambiar de nombre o irse de la casa, lo decidía sin aventurarse; en realidad, se recluía en su habitación. Su madre lo trataba con indiferencia, de vez en cuando le cuestionaba sobre si ya había salido a tomar aire fresco, sobre si volvería al instituto, sin presiones de por medio. Incluso, hubo tardes en las que, volviendo del trabajo y hallando a Geri frente al monitor de la computadora, le asaltaba en tono burlón con el cuestionamiento de si acaso había visto ya el video completo o qué opinaba de la obra de arte que había grabado junto a su padre. De pronto, el trato se normalizó con el pasar de los meses, con ese tono indiferente y explícito, empezó a tratarlo como un huésped y no como a su hijo.

La distorsión de la realidad del pobre Geri, lo llevó a buscar en su soledad por el buscador de internet el nombre de su padre. Se sorprendió en conocer que lo único que le faltaba era una mención en la Wikipedia. Todos sabían más de Gerard Samper que su propio hijo, y le iba muy bien con su propia productora de pornografía, pues tenía fotos en yates, videos con prostitutas en yates, fotos en lujosos hoteles y videos de sobra con putas en esos cuartos de hotel.

Verdaderamente Geri, sentía algo que no era rencor. Aprendió a sentir celos, envidia y un deseo profundo por ser el heredero de esos dominios ibéricos, alejado de la mediocridad de vida que llevaba hasta entonces y sin relación con el mundo.

Un día al fin, Geri tomó sus cosas, era una tarde de noviembre ideal para no volver a casa. Su madre ni lo buscó, intuyó siempre esa inestabilidad en su hijo como calma previa a una tormenta. El pequeño Samper se volvió un degenerado sexual que vendía su cuerpo de adolescente lampiño al mejor postor en las calles de la ciudad, se vendía a hombres mayores que le recordaban al padre que nunca estuvo ahí. En su ser, hubiera siempre deseado ser él quien apareciera en aquel filme en lugar de su madre. Él mismo fundaría su propio imperio de pornografía casera, emulando la grandiosidad de su padre. Total, era lo único que sabía que le fue heredado... ¡amb certesa!

jueves, 23 de enero de 2020

Libra

Para Jessie...

Siempre habrá quienes preferimos andar descalzos
para sentir mejor el estallido
de los campos minados de amor...

Nos hallamos con otros suelos
de temblores de ansiedad
entre fangos,
sumergidos en estrellas lejanas
sensibles de la vista,
del tacto,
huidizos de latidos arrítmicos.

Practicamos teorías heridas de pasión
como algas atoradas en el cuello,
como besos que siempre supimos darnos,
como rastros de noche,
como nosotros solos/a solas.

Así compartimos coartadas
de instantes pretendidos por dedos
que tiempo atrás fueran acaso
notas bajo la mesa,
caricias disimuladas en las piernas,
insomnios desnudos al encanto,
oscuridades encendidas de lo tuyo y lo mío...

Es que siempre habrá quien merezca
ser perdigón ardiente
en las esquinas olvidadas de nuestra piel.

domingo, 11 de agosto de 2019

Como Ahora

Nunca había tenido así las ganas de decirlo yo
como ahora.
Nunca había tenido tantas ganas de hacerlo
como ahora.
Nunca había tenido ni mismas intenciones
como ahora.
Nunca había tenido alguna oportunidad
como ahora.
Nunca había tenido un ímpetu
como ahora.
Nunca había tenido algo
como ahora.

Como ahora que estás,
que te quedás,
que te callás,
que hablás
que sos,
estás
y te vas,
pero volvés...
Como ahora
que es ahora.

jueves, 8 de agosto de 2019

Nevas

La nieve que se deshiela
de las frenéticas noches de montaña,
de tus pómulos tersos,
de tus secos deseos temerosos de todo.

La nieve que atraviesa
las arenas densas del verano,
desde tu espalda, desde tu abdomen.

La nieve primaveral,
sedienta por ser sed de vida, de agua.

La nieve es aire condensado,
partícula cristalina quieta, pero impaciente
por jugar a dejarse caer en mis ramas/hojas.

Tu nieve que fuera la mía,
desde tu mirada inerte de emociones,
esperando que fuera yo primero quien le derrita,
y yo, sintiendo que aunque fría, quemas.

jueves, 4 de julio de 2019

Por Maquillar La Noche

Maullidos en celo
durante noches de verano,
con el verdor oscuro del patio
extendiéndose hacia la orilla del parque.

Todo a oscuras,
entre figuras blanquecinas
contorneadas de claro lunar con nubes espejo.

Dos figuras amatorias
de fondo profundo al sur de los sueños.

Hambrientas bocanadas
de pasión contenida se jactan caricias
maquillando de sexo la banca noche tras noche.

Por pintarle estrellas
a la temprana oscurana sin autoridad,
los cuerpos despreocupados, de a poco se irán.

¿A dónde se van
aquellos juegos de caricias a medio ruego?

Se van a la cama,
se van húmedos de la boca,
de piernas también, sudando las sábanas.

Sorbiendo sus dedos
entre su piscina de miedos,
entre su miedo a ser vistos y reconocidos,
afligidos maquillan la felicidad que no hallan de día.

jueves, 6 de junio de 2019

Afuera del escenario

Sola, tras el toque del tabaco exhalado con las ampollas en las manos y el pegajoso sudor aún tibio; se debatía si acaso al no tener responsabilidades para la mañana siguiente, ¿haría bien en volver adentro y servirse otra cerveza fría para sudar después? Trataba de reflexionar consigo misma en la ligera borrachera.

Sabía como de costumbre que era mejor llegar a escena un poco tomada, sin exceso, solo para tomar valor ante el público, hoy no fue la excepción. Pasaron los minutos y vio salir a otros bateristas, otros guitarristas y otros trovadores de voz desgarrada.

-Si van a premiar, que sea pronto -se dijo para sí y dándole el último jalón al cigarrillo.

Tomó valor para lo que quedaba de noche, valor y convencimiento para la siguiente resaca. Terminó tomándose de la mano de algún muchacho de pelo largo, de los que abundaban, de esos que frecuentan con droga barata estos eventos.

Se fue con premura del ojo público por el éxtasis del pubis juvenil, abatida de sueño y cervezas. Despertó, justo a un par de calles y consultando su reloj de Hello Kitty con las batacas y los botines de tacón corrido desordenados a sus pies. Reloj que le recordaba la última Navidad junto a su madre y batacas que le recordaban su enfado de hace unas horas con su padre antes de salir de casa. Pensó en no renunciar a pesar de lo mal que tocó la banda esa tarde. Había tiempo para volver a la premiación todavía, así que dejó tendido a un lado a su falo de turno.

Al entrar de nuevo no reconoció a nadie. No había ningún rastro de los que habían estado hace unas horas con ella en el escenario. Se sujetó el pelo con cola de caballo, disimulando serena determinación, mientras atenta buscaba rostros como los del Huesos, el Jairito y el Tripasuelta.

La tarima ya se iluminaba entre la oscurana y se presagiaba a los ganadores de aquella velada musical con guturales gritos y estruendos metálicos; todos expectantes y de uniformados tonos negros.

Las llamadas al tercer y segundo lugar fueron breves, pero al oír nombrar a Plastic Roses como ganadores se supo sola empezando aquella madrugada. Subió batacas en mano y en alto, apenas se asomó al micrófono soltó un seco "gracias" eruptando. La paga fue buena y directo a sus manos en su totalidad, situación que sí le sacó una sonrisa tonta y no el hedor a licor que emanaba con los aplausos como de su boca.

-De seguro deben estar en el baño- se convenció todavía; imaginando a los otros tres ebrios y vomitados al mismo tiempo o en camas de mujeres vestidas como ella, tal y como siempre pasaba en cada uno de estos conciertos.

Salió de nuevo, tras el toque del tabaco exhalado con las ampollas en las manos y el pegajoso sudor ya menos tibio. Ahora había hombres peleándose por ella, mientras tanto, ella disimuladamente se quitaba el reloj sin ver la hora y lo guardaba en su chaqueta. Sonreía tontamente y adrede esta vez mientras se acercaba a ver los golpes de cerca. Sería la última vez que se oiría de Plastic Roses y de la florecita rockera con adornos de Hello Kitty.

lunes, 27 de mayo de 2019

La Sopa De Cerditos

Aquel lobo hambriento salivando bajaba por aquella chimenea de ladrillo. Abajo su nariz percibía los condimentos para el caldo de la cena de los tres cerditos. Una pata mal puesta en las baldosas lo hizo caer de cabeza, contusiones aparte empezó a hervir junto a los restos y las sobras sin que aquellos tres hermanos lo supieran.

Durante la cena hablaron de lo difícil que había sido librarse del lobo con pulmones de acero, engulleron más de la mitad de su sopita y pensaron en cuán orgulloso estaría su padre de haberse enterado cómo sobrevivieron a un depredador canino tan voraz e insistente como el de ese día.

A la mañana siguiente lavando la cristalería, la vajilla y la olla, supieron reconocer al mismo tiempo los tres, que se hallaban los harapos del sombrerito del lobo flotando y, más abajo, el pelo del canino que sazonó su última cena.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Una Bella Dormilona

En aquella penumbra de la habitación, a falta de limpieza, ahí tras cortinas de telaraña iba abriéndose paso el príncipe de tierras de dudoso feudo. Él la besa sin saber cuántos años lleva dormida. Ella empieza a despertar mientras se asoma el sol por la ventana. Los años llegan sobre la piel de la joven que yacía en coma. Alcanza a reconocer a su salvador, pero no a maldecirlo. Tan pronto como pasa la luz naranja del amanecer hacia la turbulenta atmósfera del dormitorio, le ha sobrevenido el inminente infarto a aquella belleza femenina con más años del que el sueño le hubiera seguido dando.

viernes, 17 de mayo de 2019

Silbidos

Participé en el asalto. Silbaban las balas, a veces arriba, a veces a la derecha. Volaban vidrios por el lugar y la sangre saltaba fuera de sus tuberías. Silbaban las balas, ahora atrás, a la izquierda y atrás. Yo disparé. Si me aferraba al gatillo era porque las balas ahora estaban cerca, abajo, dos pisos abajo y luego por la puerta donde quería salir. Les dije a todos que yo los pensaba sacar ilesos, sabían que les mentía y aún así disparaban por mi ideal.

Participamos todos y todos corrimos hacia la muerte, la arrastramos con nosotros como se arrastran las sombras, como se encara el miedo a dormir y amanecer orinado. Silbaban cada vez menos las balas. Cada vez era menor el miedo en sus caras, quizá porque los tumbados ya habían leído en los diarios de la semana de casos como el de hoy.

Se acabaron los casquillos cayendo, las balas silbando. Entonces llegaron las sirenas con socorristas, las mantas para tapar las caras. Y después de la limpia de víctimas sobre la plaza financiera, emergí yo. Un poco más delgado, un poco más callado. Creyeron caídos a todos y aún así me salvé. Pasado mañana hallaré otros amigos a quienes compartir de los silbidos que recibimos todos hoy, y de cuánto me gustaría llevarlos conmigo a otra portada en el diario, ora como anónimos autores otrora como famosos cadáveres que silbaban fuerte en carne ajena.

Hoy fueron mil doscientos quetzales, pasado mañana con algo más de suerte quién sabe cuánto y con quiénes.

domingo, 10 de marzo de 2019

Dedicado A Tus Morenos Desamores

Incomprendido y embellecido oximorón moreno,
tu carne es cuerpo escapando de lo tangible,
una caricia laberíntica
de auxilio amoroso.

Tienes delante
todo el deseo,
toda alegría por compartir,
por sentir un calor
que no fuera solo el tuyo
o la tela del arrullo travieso.

Evocas el capricho tenso y rebelde
de rendirte a quien entienda
siquiera la receta
de tu boca al fundido tacto sentimental.

Sos retazo de tanta entrega
y se te olvida
cuánto detrás has dejado:
el rastro de aroma a ternura,
llanto/gemido,
sueños...
Desamorosos sueños...
Dueños de ti,
has olvidado, ¿de quién ya te adueñaste?
Acaso de mí...
¿De quién o de cuántos también?

Recuerda que el lado izquierdo,
por sí solo,
sabe latir distinto.

La Sonrisa De Jessy...

Desde nuestro encuentro
no cambiaste
ni el color de mudada
ni el tinte de pelo
ni la sangre debajo de los labios
ni los rasguños de la universidad
ni las escamas
ni la sonrisa cómplice.

Te he escuchado de lejos
reír con otros
y soñar despierta sin almohada
ni antojo de nadie.

Sos la misma,
sos cábala,
sol en la piel aún en la oscurana.

Y tu sonrisa, que para todos parece oculta
aún cuando sigues
a carcajadas en tu mundo,
yo sé que te la guardas
entre esos ojitos achinados
y tu look de Hayley Williams,
antes y después de tus cursos,
como soundtrack
de cine gringo a lo Tarantino
(buscando espacio/sangre
y razones para no querer conocerme otra vez).

miércoles, 13 de febrero de 2019

Bécquer preguntando...

Se estaba Bécquer preguntando,
si acaso poesía eras tú...
¿qué era el amor?

Y tú le respondías:
"El amor es el signo del vencido,
la derrota es la bandera del amante,
pues quien ama ha saboreado el fracaso
de aceptarlo todo y darlo todo
por un solo y reducido momento,
cerca, cerca del ser amado"...

martes, 22 de enero de 2019

Con mi guitarra

Con mi guitarreo (eo, eo)
soy un bardo,
lobo que aúlla melódicamente,
coyote de loma sin nombre,
trovador medieval con tenis Nike,
y hago loas con cerveza.

He vencido (ido)
a otros lamentos con los míos,
lamentos heridos
del corazón de'ste bonito
y curvo cajón.

Canto porque no bailo
y no bailo porque bebo,
y los charangos (charangueos)
me salen todos naturales.

La garganta que me dota
no es de vikingo
ni de Homero
ni de mariscal de campo
por eso cubro mi carencia
con seis cuerdas lloronas
y unos tragos al momento
y sin hielo (eo, eo).

Yo troto mi guitarra
y mi guitarra triste
trota al paso
que le impone una canción
que sola se desviste.

Yo no sé si fuera (ea, ea)
su madera
siempre nueva (ea, ea)
sonaría tan bien acaso
como lo hace hoy (paso, paso).

Al tango encanto
de altibajos
he ganado más monedas
con mis lagrimeos de cuerda sonoro
que si fuera esto un fusil
de pólvora y cañón.

¿Será entonces
que las guitarras todas (odas)
tienen voz
para enjaular malos amores
y la humildad para liberar
al más inquieto aprieto
de unas manos mudas
de dolor y de pasión, corazón?

lunes, 5 de noviembre de 2018

Las Todas, Los Todos Y Les Todes

Perdón a "todes" si no puedo expresar toda esta narración en “lenguaje inclusive” como los personajes acá mencionados.

Sucedió un año después de la operación de Rogelio. Y sucedió cuando debía suceder, ni más ni menos…

***

Un día de rutina, como todos para Angélica, una citadina que defiende la diversidad de los 84 géneros/sexos y sexos/géneros. Se alistó su ropita de mujer oprimida, o sea, sacó los senos al aire, caminó unas cuadras hasta divisar a la muchachada frente al Palacio Legislativo y orgullosa mostró junto a sus senos desnudos, las consignas en cartulina y tempera que le daban el poder de un hombre, según ella.

Angélica iba enfureciendo a medida que gritaba y lo hacía para llamar la atención de las que dirigían la marcha, en especial de Raula; esas mujeres o seres vivos que se sienten feminizados y oprimidos desde hace milenios son los aptos para enfurecerse ante cámaras y fotos de portada de la prensa sensacionalista. Rostros de gente, casi mujer y casi otra cosa, que aprobaba la inclusión de 'El Principito' femenista; 'El hidalgo don Quijote de la Mancha' de lenguaje inclusive; y 'La Biblia' para nuevas masculinidades; cero machismos y en algunos casos cero hombres actantes o pensantes, esos libros simbólicos que tomaron fuerza al llegar el 2020. 

Todas aquellas féminas pensaban que no había nadie que mejor ejemplificara su ideología que la gran Raula. Resulta que nadie sabía tampoco si Raula era su verdadero nombre o una referencia al sexismo que se expresaba imperante en aquellas alocadas revueltas. Es el año 2045 y cualquiera puede llamarse como mejor le plazca. La mayoría tenía historias sobre el origen de Raula; la teoría conspiranoica más aceptable era la que decía que Raula en realidad se llamaba Paula y con el movimiento del feminismo de la sexta ola, se quitó las ideas machistas y aberrantes de forma física y, posterior como significativamente, con su nombre.

La opresión del heterosexualismo patriarcal ha sido vencido para estas fechas, todo gracias a este tipo de manifestaciones, se decían unas a otras. La fuerza mediática que gira en torno a estos grupos ve con buenos ojos y con normalidad que todas quieran sentirse parte de la revolución de género que inició a principios del siglo XXI.

Es terrible ver gente heterosexual en las calles, se sataniza y se margina este tipo de prácticas amatorias en público. Está prohibido manifestarse en contra de la ideología predominante, por eso Angélica vive convencida de que Raula es el amor de su vida, es toda una líder en esta época.

Cada que Raula se expresa al frente de una manifestación para solicitar más y nuevos derechos a la cúpula legislativa lo hace con magnífica claridad en su “lenguaje inclusive”. Angélica es demasiado femenina en contraste con Raula y piensa que eso también la invisibiliza mucho entre los senos que se acerca a las revueltas.

A veces para Angélica sería más fácil todo si tuviera más gordura y menos senos, quisiera achatarse las nalgas y reniega de su natural tono de voz rebosante de feminidad, son gestos que no se puede arrancar como el cabello o las uñas largas aunque nunca se ha depilado un solo bello en las piernas o axilas.

***

Ha pasado algo extraño en la última manifestación, hace unas horas, de hecho. Raula se ha quedado liderando una revuelta que ha sugerido la reacción del Estado como verdaderos opresores (como hace unos treinta años), y ahora sus compañeras cercanas se han dispersado en medio de una lluvia de gas lacrimógeno. Ha sido la oportunidad de Angélica de salvarle de entre la turba y así lo ha hecho.

Al llegar a la casa de Angélica, Raula se ha desmayado por el esfuerzo de la huida. Angélica aprovechando la idea de tenerla para ella, en la idealización de su imaginario amoroso, se ha quitado la totalidad de su ropa con el pretexto que está ya sudada y va al botiquín en auxilio a las contusiones de la peludita Raula.

Vaya tono de voz el de Raula, tan estéticamente ronco y masculinizado, nunca lo había oído tan cerca, parece enteramente una mujer descuidada de las depilaciones, tan mujer y tan ejemplo de feminismo. Angélica aspira el sudor de Raula y une sus mejillas al contorno de los de Raula.

Raula tiene el pelo descuidado, ni muy largo ni muy corto. Es hermosa, el estereotipo de lesbiana que Angélica desea.

Y de pronto al desnudarla, Raula… tiene pene, es un hombre. ¡Angélica no lo puede creer!

-¿Será que Raula se operó la vagina?... -se decía Angélica para sí.

Al volver Rogelio en sí, horas después, se halla en un cuartito descuidado y frente a una desconocida que le ha salvado de la turba. Angélica se llama, según descubre tras las presentaciones. Angélica parece una buena chica, pero tiene una cara de decepción y desagrado, no se explica la razón hasta que se ve desnudo al borde de una cama desordenada.

-¿Quién eres en realidad? ¿Estás 'operade'?... -el silencio se instaló incómodo.

-Yo... soy Rogelio -mencionó con dificultad, tras sentirse aún estúpido por la fatiga de la huida. Angélica terminó muda de estupefacción y sus ojos como platos de cerámica se clavaron en ese momento sobre sus manos sucias de haber tocado a un hombre de verdad.

Tras los segundos de incomodidad, Rogelio le cuenta a Angélica sobre su verdadera identidad y todo cobra sentido. Las mujeres que dirigen estos movimientos son mejor financiadas que los mismos diputados y Rogelio obtuvo su nueva identidad de Raula tras una supuesta operación equívoca, de castración por supuesto.

Rogelio era un guatemalteco cualquiera en la sala de recuperación de un centro de salud público, a él debían tratarle un quiste en la columna y a su lado tenían a un líder llamado a cambiar de género como era normal para 'todes' por aquellos días, las personas le confundieron por el número de habitación y de repente se vio rodeado de la devoción de mujeres empoderadas como Angélica. Empezó a corromperse y a lucrar asegurando que él era la “ella” que ellas querían y cambiando los expedientes médicos tras las primeras entrevistas con algo de dinero y amistades se hizo de su nuevo género/sexo.

***

Fue decepcionante para nuestros dos protagonistas, pero ahora mismo, en pleno 2052, en la Guatemala que todos amamos, se han visto cambios radicales a raíz de las numerosas muertes de varones que se han infiltrado en las cúpulas de mujeres feministas empoderadas, el sesgo anatómico es muy delgado.

Algunas de ellas creen que son hombres y algunos de ellos creen que son mujeres, los heterosexuales salen a protestar con mayor frecuencia y quieren igualdad de derechos sin discriminaciones de ningún tipo como hace cuarenta años. Nuestra Guatemala no estuvo nunca lista para degenerarse así de rápido como lo hizo “nuestre idiome".

lunes, 24 de septiembre de 2018

Cuando Las Mentiras Son Mentirosas


De tanto decirnos pequeñas mentiras
las hemos descreído
o nos las hemos puesto de vestido.

Con tanto material para mentirnos bonito
nos hemos volcado
a darnos la mano,
primero de frente
y luego con llanto.

Algunas van aderezadas
y nos cuesta tragarlas,
no nos empachan ni nos aburren.

Mentiras todas, pero mentiras
que solo buscan ocuparse por encima
de cualquier verdad.

Las gentes las usamos a diario
con sigilo y recato
o con morbosidad.

De tanto creerlas,
las verdades verdaderas
nos empiezan a caer mal,
nos duele sentirnos
presas,
suertes gemelas de la curiosidad
que se reprenden solas
cuando abarcan la certeza
de oírse efímeras
o de oírse como realidad.

Las hallas enteritas o completas
dentro del viaje de un libro,
dentro del coma inducido,
dentro del vaso de licor vacío,
dentro y afuera,
afuera y adentro.

Suenan bonito desde lejitos
susurros benditos
que transmutan las penas
por veracidades nuevas.

No todas son excusas
algunas se dicen incompletas
y otras,
como gritos,
se dicen a oscuras/apenas.
Con tanto mencionar
tantas mentiras,
son meros hechos preferidos
por sobre las casualidades,
por debajo de las sucias verdades.

Si de la nada formamos
cortezas robustas,
creamos vidas tejidas
con los labios
como sueños de gigantes rotos,
igual nos preferimos
ver termitas
con el tiempo,
que un sesgado clima nublado
para el que llevamos al lado.

Si las hablamos
o nos las guardamos
se ven como trapos,
al alumbrarse por encima
bajo el sol/lupa,
un lodo secando
al calor,
al amor del engaño.

lunes, 13 de agosto de 2018

Toditas Las Mañanas

Toditas las mañanas
despierto contándome las células
que gozaron el tacto de tu piel,
a ver si aún me quedan,
a ver si aún te sienten...

Toditas las mañanas
yo soy el mismo soñador
que amanece dibujando
en las sábanas tu aroma,
en la ducha tus griticos...

Todas, todititas las mañanas
sigo siendo yo con algo menos de ti,
desatando tus foticas y huellitas
por el balcón que me dejaste
tejidito con mentiras...

martes, 24 de julio de 2018

TULIPANES DE PLÁSTICO

Tulipanes de plástico es el segundo poemario de mi autoría, y este libro aparece de la mano de la Editorial POE (o Pequeña Ostuncalco Editores). Este nuevo material recopila poesía inédita (y no tan inédita) del 2011 hasta el 2018, entre ellos poemas que ya han visto la luz gracias a Revista Jícara durante el año 2017. Su construcción demuestra mi renovado estilo poético y está segmentado en dos partes, como pasó con el primer libro: 20 poemas colocados casi cronológicamente y 3 textos agregados al final titulados como Flores exóticas (siempre al fiel estilo de mis bonustracks). El prólogo estuvo a cargo de la talentosa escritora Bony Hernández, además de amiga, colega de letras y editora, es la subdirectora de la Editorial POE y confió en mi trabajo para esta publicación.

El poemario estará a la venta en la librería Casa del libro con don Cristóbal Pacheco, ubicada en el interior de La casa de Cervantes (5ta. calle 5-18 zona 1). La distribución de otro tipo puede ser consultada en la página de Facebook de la Editorial POE o pueden consultarme a mi persona vía redes o correo electrónico para crear un contacto efectivo.

martes, 10 de julio de 2018

Ensayo Sobre Dar Y Recibir Amor

Para ser un buen amante es necesario saber si lo nuestro es dar o recibir amor. Lamentablemente no se puede dar y recibir por igual, de ser así, no se puede hallar una pareja estable; la razón a continuación.

El sexo es cosa aparte, pero el amor es una orientación afectiva que va más allá de los conceptos de fidelidad o monogamia. Si hubiera una atmósfera enferma de feromonas en el aire, identificaríamos al sexo opuesto (o el mismo, supongo, para el caso de los homosexuales) con más inquietud de coito que desórdenes emocionales, como si de perros en brama se tratase. Expuesto lo anterior, ¿cómo imaginar la civilización en medio del caos reproductivo que supondría una lluvia de feromonas?, y, ¿qué relaciones afectivas podrían crearse en medio de la catarsis de insensatez en que desembocarían estos cuerpos? A decir verdad el único instinto que se superpondría sobre cualquier lazo sentimental sería el de la reproducción a toda costa y por ello no habrían interés más apremiante que el coito por sobre la valoración de placeres externos o idealizantes.

Descartando la idea obscena que se desplegaría ante tal experimento hormonal, se entiende también que el sentido de pertenencia que se crea es principalmente un lazo de exclusividad, que deja en claro que manifestaciones como los celos son un gesto vago, inocuo y que la poligamia es algo instintivo por enfoques de conservación de la especie, satisfacer este principio por sobre la valoración afectiva está en nuestro ADN como pulsión primigenia.

Entonces, ¿y el amor?, ¿es solo un valor con carga moral?, ¿acaso el amor nos salvaría de nuestra propia extinción? La verdad es un poco más cruda de lo que ya se nos ha presentado bajo el lema de la felicidad en aras de la pareja y la fidelidad que ello trae implícito. El amor es un valor social que también tiene sus manifestaciones peculiares según la región geográfica y los vínculos culturales de sus habitantes.

En Occidente es común desacreditar y definir vagamente al amor bajo la institución del matrimonio. Aunque muchos mencionan que el matrimonio es el cimiento del núcleo social, es decir, la familia, esto no precisa un margen de éxito para ningún individuo que interviene en él (padre, madre e hijos, por defecto). Los tribunales están llenos de casos familiares donde la ventaja jurídica está sugerida en su mayoría para la figura femenina. ¿Y qué decir del matrimonio homosexual? Este caso todavía más particular tiene incluso un fuerte rechazo por parte de las doctrinas religiosas que rigen las creencias culturales y los valores de cada sociedad; por eso mismo su constitución y legislación se hace entre espacios en blanco y sin respaldo pleno.

Tomando el sartén por el mango, queda inferir que si el valor social instituido del amor implica fidelidad (monogamia) y la felicidad al lado de una pareja que comparte objetivos, metas y ambiciones ("sueños" de una manera más romántica), esto propone dos posturas inmediatas: quién lo recibe y quién lo da.


*

Dar amor debiera ponerle una postura similar a la de mártir a quien lo entrega, la razón es sencilla, en muchos sentidos va en contra de la lógica de instintos de reproducción, pero alcanza un interés participativo que busca la unidad en la comunión con el prójimo.

Los pilares que sostienen el valor del amor son tan abstractos como él mismo: confianza, comunicación y compromiso. Un desencanto propio en las relaciones afectivas es la sensibilidad ante la traición o la ficción imaginativa que se transmite en los celos, la distancia ha demostrado en algunos casos no ser un factor prescindible pero la separación prolongada fomenta el desencanto propio ya mencionado, y por lo tanto, las relaciones que normalmente muestran síntomas de estar enfermas son estas que se corroen por fuerza interna de al menos uno de los dos (al entrar en la monotonía de la rutina, cambiar de opinión respecto a los objetivos y metas que constituyen la armonía de la relación, hallar a la pareja en el lecho de descanso con otra persona -de distinto o igual sexo-, descubrir el "sincerismo" o las motivaciones reales detrás de las acciones del cónyugue, intereses económicos, terceros sinuosos o fantasiosos opinando, raras filias sexuales, tragedias externas a la consciencia como enfermedades o accidentes, etc.).

Dar amor es la muestra de desanimalización más estética que hay, claro que el amor de madre es instintivo pero no es esa caracterización maternal el tema de este ensayo. El amor de simetría o el amor por el prójimo, recurre a elementos psicológicos de nuestra formación; desde pequeñas personitas que fuimos se nos infundieron ideas "políticamente correctas" de cómo transmitir nuestra empatía, esto posteriormente refuerza y funda las bases de valores como la solidaridad, el altruismo, el cariño, la amistad, y sí, el amor también. Pero al mismo tiempo se va vislumbrando una maquinación personal de la realidad y nuestra interracción con estas vivencias forma otros valores como la honestidad, la sinceridad, la honradez, la prudencia y que se desdoblan de manera menos natural o auténtica porque tienen cargas morales y culturales que se adecuan a nuestra sociedad contemporánea.

Como esos valores son más artificiales sea por leyes o por sencilla moral, ética, o lo que sea, son más difíciles de comprender, y si los contrastamos con situaciones como una amistad o una relación laboral hallaremos un éxito armonioso en eclipsar actitudes personales con actitudes sociales; lamentablemente no todos somos aptos para coordinar nuestras emociones, valores, creencias y motivaciones de igual manera, de lo contrario nuestra sociedad sería utópica: homogenizados todos, existiríamos aburridos de nosotros mismos quizá o eternamente felices, sin claroscuros ni escalas de grises de por medio.

Las relaciones amorosas suceden igual que con las amistades o los compañerismos de estudios o las relaciones de poder en lo laboral, todo es una lucha de sentimientos, causas, decisiones y consecuencias en un ciclo constante, todo enfrentándose mano a mano con nuestros valores formadores. Entonces si alguien puede llamarse a sí mismo "emisor" de amor debe ser alguien con la satisfacción plena en ofrecer todo al otro antes que a sí mismo y su pareja ideal debiera ser un "receptor" amatorio óptimo y no otro "emisor" desmesurado.

Hemos construido arquetipos de éxito de todo tipo bajo el lema de la meritocracia, así como fundaron nuestros antepasados la idea de la democracia, la inteligencia emocional, la institución del patriarcado en la sociedad occidental, y por lo tanto el amor se ha respaldado bajo la "reciprocidad" o la "doble vía". Cuando uno de los dos da amor el otro debe devolverlo con igual o mayor prioridad, impacto, espontaneidad, etc., se les ha olvidado a todos que los hombres y mujeres no somos ganado y no respondemos a estándares de calidad como embutidos. Las estructuras complejas de inteligencia empresarial y personal que se imparten en salones de psicología industrial, administración de empresas y talleres de recursos humanos, catalogan y clasifican con sus etiquetas al simio complejo que todos llevamos dentro, pero en realidad somos un ente de recopilación de experiencias y eso, efectivamente, es lo que podemos ofrecer a los demás: experiencias.

Cada vez que hemos tenido un acercamiento amoroso, o se toma la iniciativa de la relación o no. Por más que la relación pueda parecer de "doble vía" en una pareja debe haber ignición y combustión, de algún lado debe salir eso y hacia algún lugar debe ir. Entonces si un buen "emisor" de amor se topa con otro "emisor", se abre una competencia que será por ver quién sabe dar más y mejor amor. Mejor pensar en hallar un buen "receptor" que permita valorar ese poco o mucho amor de buena o mala calidad, pero con interés sincero y permanente en seguir recibiendo lo que a usted pueda sobrarle.


*

Recibir amor no es tan fácil como parece oírse, leerse o entenderse por simple contexto, máximo después de conocer que un buen "emisor" es un desinteresado en buscar primero el bienestar de su pareja, hasta pareciera la parte fácil de una relación solo tener que tomar esa ventaja para ser feliz gracias a otro. Y no es así.

¿Quién es un buen "receptor" de amor? Simplemente es la persona que atesora y valora lo que otro hace por verle feliz. Esto no implica que alguien que sepa recibir amor no sepa reproducir la conducta de su "emisor" y devolver un poco de eso; quién sepa recibir amor emula las características de quién lo obtiene pero no compite por dar más sino que convierte las ideas románticas de entregar algo de vuelta por hacer brillar lo que ha recibido, es decir, engrandece lo que obtuvo ya, sea mucho o poco.

No se trata de pensar que un buen "receptor" de amor es un tipo de esponja que absorbe hasta el hartazgo cuanto le sea posible para inflar el ego. En realidad es algo más parecido a una planta, la cual es capaz de percibir con todo su corporeidad el sol, el agua, y los nutrientes de la tierra para dar un determinado fruto o una bonita flor. Este ejemplo de la planta es propicio para este tipo de personas puesto que demasiado amor podría provocarles empacho, la razón es sencilla de ver con un vegetal: recibiendo demasiado sol o agua la planta muere tan fácil como si no recibieran ni uno ni lo otro.

Hay personas con la cualidad de filtrar lo que quieren tomar y lo que no, llámenlo inteligencia emocional o cómo prefieran; estas personas priorizan de qué se quieren llenar en la vida y el amor es un ejemplo adecuado pues ya hemos dilucidado que son varias las maneras en que los valores individuales se presentan al estar inmersos en determinada sociedad o época. Para las personas que les resultase fácil ser "receptores" debieran tener actitudes y aptitudes como: conocerse bien a sí mismos, tener claras sus metas y objetivos en la vida, conectar sus emociones con sus acciones de manera asertiva, tener facilidad de diálogo, y por lo general, no debieran temer a tomar riesgos.

Se lee fácil, pero la realidad es que requiere de una gran madurez mental y racional obtener las cualidades de un buen "receptor" porque normalmente los sentimentalismos no puedes disolverse de cada decisión u opinión que se emite al integrarse a un plano social o desempeñar un rol en la relación.

Además, ¿quién es el beneficiado del fruto que produce este "receptor-planta"? Pues ambos, él mismo y su "emisor". La razón es sencilla la pareja debe presentarse clara y genuina, por tanto, un resultado adecuado de este "receptor" es el ofrecimiento de algo grande o pequeño a su benefactor a cambio, pero algo pensado con autenticidad sin sentir obligación o lástima, algo intuitivamente comprometido que une y es capaz de reproducirse una y otra vez como parte de ese ciclo afectivo. Siempre hay "malos receptores", incapaces de proveer o aportar algo positivo a la relación y esto es lo más común, hallarse poco comprometido con algo que se recibe como se reciben el resto de los estímulos del mundo tangible, si no hubiera fruto pues el "emisor" no tardará en dejar de beneficiar al "receptor" y la relación llegará inminentemente a su final en cuanto se acabe la paciencia del benefactor.

Estemos claros, cualquiera pueda recibir amor, pero no todos saben manejarlo. Todos somos vulnerables a un enamoramiento, las pasiones están presentes en cada arista de la vida porque todos tenemos esa facilidad empática por algo o alguien pero canalizar esas pasiones como estímulos para mejorar nuestro entorno no es algo aprehensible en una universidad o posgrado, eso corresponde más al crecimiento que tenemos como artistas de nuestro legado. Menciono al artista en este punto porque la intuición artística es precisamente un catalizador alegórico para algo que capte nuestra atención y nuestras motivaciones, la creatividad con la que abordamos nuestras rutinas quedan desnudas y difieren según percibamos el entorno y las personas con las que convivimos.

Si hemos de terminar definiendo al "receptor" como un "ser vegetal" o una "plantita", está de más recordar que una planta no puede ocupar el mismo espacio que otra, de ocurrir esto puede ocurrir que una se vuelva parásito de la otra, o bien, la convivencia cercana termine matando a la otra. Así pues dos buenos "receptores" de amor no debieran encajar en la misma relación porque se vuelve una competencia de crecimiento emocional por demostrar los logros alcanzados en conjunto y terminaría siendo igual o más tóxica que quienes compiten por darlo todo el uno por el otro (relaciones entre "emisor" y "emisor").


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Debiera concluir mencionando que sí pueden coexistir relaciones que no correspondan a la idea de este ensayo, esto es un esquema teórico de percepciones personales, es un calco de mis experiencias a la realidad de la sociedad que me ha tocado sobrevivir.

Sin embargo, es mi necesidad transmitir estas ideas porque amar es mucho más complicado que dar y recibir, pero este ha sido un buen indicio para relaciones duraderas. Claramente esta explicación implica que deba mencionar que sí es posible dar tanto amor como el que se recibe, pero eso no generaría un éxito amoroso para las personas de mi contemporaneidad porque estamos acostumbrados a hacernos expertos en áreas exclusivas de nuestra vida, y el amor es algo donde todos queremos triunfar.

domingo, 22 de abril de 2018

Sin Título

Se alzan los brazos en entrega:
es que donde hay tanta experiencia
no siempre hay un corazón;
y cuando hay ambas, hay una mujer...