Tú eres el frío, el frío terso,
Árido y permanente, el aire,
Aire tornado en jaula violenta,
Que me apega, que me ciega.
Como todo lo que te rodea,
Sombra quedo, sombra vivo,
Mas para tu deleite y obra,
Eres mi protegida y mi arte,
De entre los sueños infelices
Has remontado tu inquieta alma
Para saborearme sin cautela;
Hasta ahora todo nos provoca
El uno por el otro,
Como un oro sin pulido
Que se endurece y se entrega
Con más amor que un anillo endeble.
Tortura arrastraba mi destino
Y tú frenaste todo castigo,
Entre toda fuerza, la tuya,
No era fuerza, era frío que alienta,
Calor que lento sustenta,
Pureza que atraviesa
Y no flechas sin dureza.
Todo tú lo mueves en antojo,
Pues tu matemática forma
No razona con la luna
Ni con la trama de la rutina,
Variaste la dinámica del sol
Con la sonrisa que regalas,
Eres tanto ese invierno que me toca,
Que me enamora en sus aguas
Y me somete en sus frías llamas.