Introducción

El poeta que bebe café sabe bien
que el único mejor aroma
entre la tinta y la taza
es el perfume de su amante.

-Rodrigo Villalobos F.

domingo, 25 de enero de 2015

Jardín

Mujeres, que siendo lo que sois,
sois mis flores.
Cada una, distinta de las otras,
que todas siendo mis flores
soy yo quien les cuida
desde que nos conocemos.

De mi jardín,
humilde y enternecedor
todas han probado tierra abonada
en misma cantidad.

Más tiempo unas que otras
han de acumular pero
si queréis partir, partiros,
que sois libres de la raíz al pétalo.

Mujeres, que siendo lo que sois,
sois mías y ajenas ya todas.
Cada una, tiene nombre propio,
y si sois Rosa, no sois una cualquiera,
que aroma y textura te arropa identidad.

Verdad es,
que mi tierra les puede dar cabida
a cada una, cuando así lo prefieran.
Flores, todas sois bienvenidas.

Si antes, los tulipanes de amor supieran,
me da igual, que amor soy para ustedes.
Me basta con tenerles
cuando ustedes quieran tenerme.

Mujeres, que siendo lo que sois,
sois mujeres más que flores.
Como ornamento nunca les he visto,
no habrá invierno jamás,
tan fuerte que las parta del tallo en mis manos.

Con dueños y abandonos,
al final los claveles deben florecer.
Silvestres las flores también crecen,
que no les roben el albedrío quienes no les merecen.

Sois en sí, la realeza de la naturaleza,
margaritas, rosas u orquídeas.
Aún yerberas tienen lugar,
aún cuando a otro jardín quieran migrar.

Mujeres, que siendo lo que sois,
sois solo flores.
Si de otro lugar llegáis,
no sintáis la venta de vuestros pistilos,
que no hay compra o precio a esos dones.

Sean flores mujeres,
cada una que arribe a mi cuidado,
que cuando llegue la nueva estación,
conmigo, nuevas siempre serán de corazón.

Sin Título

Que si me fuera a dormir la soñaría me han dicho
y por no soñarla, la he pensado en vela.
Por quererla y no saber si soy aún correspondido,
he respondido callando mis conversaciones.
Para no amarla, comprendo que no debo tenerla,
hacerla mía podría herirme o herirla.
Ya el temor es presa y he buscado evitar su memoria,
en voz baja repetir su nombre e intentar borrar sus frases.
La tinta que manchó mis manos ahora más que nunca,
me ha manchado el corazón de angustia.
Cuando vuelvo los ojos a otros ojos, qué mentira,
querer encontrarme con los suyos y verlos míos.
Esas manos que enseñan sobre las mías
bien podrían ser las suyas si me hubiera dicho la verdad.
Pero un duro golpe de realidad, hace mella
en las ausencias y llegadas tarde con que prefiero recordarle.
Un hombre también sabe dar lo que no ha tenido,
mas un hombre también olvida como hacerlo por segunda vez.

Anonimato

Existe ansiedad, ansiedad
que se arropa de relojes detenidos.
Existe ansiedad y soledad.

Cuando se quedan las libreras
obsoletas de abandono y polvo
pocas son las veces que sedas
recorren aquellas viejas fotos.

Cuando cantan con llantos
los grises nubarrones breves
que persiguen el techado
se va haciendo la noche nieve.

Existe ansiedad, ansiedad
contemplando cuanto se ha temido.
Existe ansiosa la soledad.

Siguen internándose palabras
intercaladas en esos textos
que sobrados de anónima magia
embellece el tacto con dedos.

Siguen aflorando esas censuras
porque para el amor y el odio
hay los mismos miedos y dudas
aún cuando parece convincente todo.

Ansiedad que existe, existe
en el anonimato de quién te ha querido.
Ansiedad es veneno que no desiste.