En el tejido,
dentro del encaje que te recubre,
bajo las tersas lanas de tu piel,
hay seda,
yo lo sé,
se siente...
Entrecortado sueño de canela,
forzada y ceñida a tu incitación
y no es que me invites,
es que no me das más opciones...
Suave, pero en misterioso rito,
las palabras correctas pronunciadas,
y tú y yo, como hilos breves/etéreos,
impropios,
arrancados de tajo,
uno sobre otro,
el otro debajo,
debajo...
Cortinas de algo desnudo,
acaso sábanas,
otrora aromas cálidos.
Zumo de noche, hilados breves.