Dime cuanto sabes tú, inocente flor,
de eso que llaman amar sin ser amado,
dímelo si sabes decir sin dolor,
que eso no es lo peor que has pasado,
mas ante tu respuesta cual sea,
yo si puedo darte por explicado,
que cuando otro hombre te vea
como yo no se dará por entregado.
A mí me viene dando igual
que el mundo hable de amor robado,
o que perderte es cosa normal,
que en ti mi tiempo fue desperdiciado,
o que sólo amas con tal indiferencia
que tu cariño para mí fue demasiado.
Importa poco la mejor explicación
porque mi comportamiento enamorado
desconoce la insolente insatisfacción
de reprimirte cuanto pude haberte gustado.
No juzgues como el mundo lo hace,
si la vela del corazón me deja consumado,
encontrarás que para amar ninguno nace
y que sufrir me entierra a tu lado.
Si ser la sombra de tus amantes
me deja más lejos y sobrado,
es porque tus ojos apasionantes
pierden eco en mi piel sin haber notado
que mejor te verías a solas
conmigo si besarte hubiera intentado,
pues entre tu mar hay más olas
que las que un loco puede haberte pintado.
Y si para ser feliz otro encontraste
me da un gusto caballeroso sin agrado,
porque fuiste libre y lo disfrutaste,
yo también fui libre de haberte encontrado,
y también él fue libre y te tiene;
además fuimos libres de haber pecado,
porque aunque tu arena a besos suene,
con mis versos mejor hubiera sonado.