Cuando hacemos el amor
somos dos gatos jugando en el balcón;
yo soy agua que embiste como río
la desembocadura de tus marinas aguas,
somos una amalgama de color
fraguados para tomar el mismo destino,
yo abajo y tú arriba.
Tu desnudez no aparta mis ojos,
los detiene y los contiene, en ti quepo entero,
tendido en cama de terciopelo húmedo
las fauces de tu felino y devorador encanto
me consumen en tu rápida corriente;
es que cuando nos entregamos
uno nos sentimos en el mismo espacio.
Si voy yo arriba y tú abajo
no hay ley que nos dicte lo contrario,
tú sirena en la arena caliente
y yo el señuelo para tus uñas largas,
siempre aceptando cuanto somos,
cuando hacemos el amor
somos dos gatos jugando en el balcón.