He culminado un bosquejo
del amor al que fielmente
me he entregado en vida,
lo he acabado sin poder
siquiera, mis ojos satisfacer
o mis manos tranquilizar,
mi alma no está completa,
mis latidos casi no existen.
Ahora he decidido vivirme
lo que está lejos de mi vida,
me realizaré en el destino
de la única vía sin caminar,
el único camino sin señales,
el del amor que evita el dolor.
Viajaré al éxtasis del mundo,
dentro del placer del día,
llegando a la locura nocturna;
disfrutaré amando lo invisible
y corregiré mis besos extraviados,
hablaré más con el silencio
y sanaré con la medida sin tiempo,
porque a partir de ahora,
en mi morará alegre
la locura del soldado enamorado.
Haré de mis manos
la cortina y el disfraz
de la alquimia del deseo,
permitiré acariciar la soledad
de todo aquello que me ame.
Me sentaré sin café en la taza
con la presencia de la ausencia
de un cariño perdido,
nadaré a diario con afán
en las olas del delirio,
las que no te permiten alejarte
por la fuerza de la realidad,
caminaré en los rumbos
sin luz del oscuro desierto
de cada mirada lujuriosa,
sin perder la conciencia
de que el único amor
donde puedo perderme totalmente,
es el de un alma idéntica
a la mía pero más femenina.
Ahora seré tan selectivo
con mi Amor que ya no tengo
el menor miedo a dormirme
solo en las alas de la Muerte.
Mi amada, mi locura, mi vida malgastada.
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