El exceso de tu presencia
en mi acostumbrada vida
atrae reacciones ínfimas
de enojos con mis amistades.
Si no te viera todos los días
¿qué podría yo hacer?
¿correr absurdamente tras la tarea
¿correr absurdamente tras la tarea
o escapar horas antes al trabajo?
Tengo suerte de tenerte a ti,
que sabes medir quien eres,
te acoplas a mis ojos
y a mi rutina sin horario.
Deberías haberme encontrado antes,
dejar de llamarme tanto
para entender que soy yo
el más indicado para hacer la llamada.
Sabes de sobra la intensión mísera
que tengo contra tu tiempo libre,
esta tu loca intuición femenina
que acaba con fiestas sin hacérmelo saber.
Porque ni yo soy un objeto
que a tu pertenencia permanece quieto,
ni tú eres mi juguete
que en su garantía viaja de la cama al suelo.
Estoy tan intranquilo cuando me celas,
y aún así te dejo ser quien me ama,
porque de no ser tú la que todo calla
no sería yo el que te buscara.
Y al no tener mejor inicio amoroso
que el de tu boca indecisa,
seríamos la pareja más aburrida,
explícame entonces: ¿por qué aún no somos novios?
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