Cuando el instinto de alejarte se me despierta,
como fiera reptante o como ahogado suspiro,
el frío me recuerda la razón ilusa
por la que no me permito acabarte violentamente
con mental olvido o resentimiento...
Cuando tu ausencia delata
que no basta con mis intenciones
para convertir estas ganas en amor,
la nostalgia se acomoda entre la tarde
y el amargo sorbo de la desilusión...
Cuando toda la flora de mis anhelos muere
y se pudre lento en llanto de caprichos,
desmentida y entristecida por las sobras
de una seducida espera,
me queda al menos el gusto de sentirte sin tenerte...
Cuando enfrento a mis fantasmas
todos callan, todos ríen y luego callan,
imaginación son todos y todos son garabatos,
porque ni abrazarlos puedo para mi deleite
ni me atrevo a destruirlos porque duele intentarlo...
Cuando es noviembre
al viento parece frágil mi alma,
se vuelcan sobre mí las sílabas geométricas
de cada nombre que con cariño yo mencioné,
se queda la noche con mis caricias al aire...
como fiera reptante o como ahogado suspiro,
el frío me recuerda la razón ilusa
por la que no me permito acabarte violentamente
con mental olvido o resentimiento...
Cuando tu ausencia delata
que no basta con mis intenciones
para convertir estas ganas en amor,
la nostalgia se acomoda entre la tarde
y el amargo sorbo de la desilusión...
Cuando toda la flora de mis anhelos muere
y se pudre lento en llanto de caprichos,
desmentida y entristecida por las sobras
de una seducida espera,
me queda al menos el gusto de sentirte sin tenerte...
Cuando enfrento a mis fantasmas
todos callan, todos ríen y luego callan,
imaginación son todos y todos son garabatos,
porque ni abrazarlos puedo para mi deleite
ni me atrevo a destruirlos porque duele intentarlo...
Cuando es noviembre
al viento parece frágil mi alma,
se vuelcan sobre mí las sílabas geométricas
de cada nombre que con cariño yo mencioné,
se queda la noche con mis caricias al aire...
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