Eres un arrebol
de soledades coleccionadas,
una persa mujer alcoholizada
de vasos vacíos
y el alarde de desamores
que cantan unísonos sin dolor.
Eres el arrebato más elocuente
de las memorias negras,
esa frase hecha dulzura
que mancharon hombres a medias
y la música gélida
de bastos besos sin eco ni forma.
Eres el embate
que se enfrenta al aire,
un despliegue fértil de pasiones
que el tiempo no ha podido borrar
y aquella dulce lluvia
capaz de ahogar a quien se acerque.
Eres hasta silente sombra
que arropa calor en su interior,
el estupor de rencores
capaz de perdonar como de perdonarse
y el único olvido de errores
que se pierde en llantos mal pagados.
Eres la única de pie
donde otra dama caería sin fe,
la reencarnación que da muerte
al suave roce de un varonil intento
y todo el veneno que alguien como yo,
aún conociéndote, se quiere beber.
Autor de la imagen: Revista Jícara.
Especial agradecimiento a Henry Waight por su magnífica interpretación ilustrada.
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