Introducción

El poeta que bebe café sabe bien
que el único mejor aroma
entre la tinta y la taza
es el perfume de su amante.

-Rodrigo Villalobos F.

miércoles, 30 de marzo de 2022

Otras veces hubo

Ojalá te llovieras bien,
te dejaras de caer a medias,
que fueras fuerte y torrencial,
coherente y cierta.

Ya otras veces hubo
en las que escribí sobre si lloviera
sin que hubiera falta de tu agua
copiosa y certera,
ahora parece no ser el caso.

A falta de tu pronta respuesta
me he puesto en huelga
para no tener que esperar más
de aquí en adelante.

Olvidaste cuando otras veces hubo
puestos que ocupar mojando,
hiriendo pechos blandos con tu gripe.

Y aunque sigas amenazando
con que ayer, mañana y hoy
te dejarás llevar por la gravedad
y la aceleración natural de la caída libre,
no pienso creerte como antes hiciera.

Detrás de ese aire friccionado,
nublado y malherido de grises
solo hay estrellas apagándose tristes,
así como nosotros debajo.

Fue hace mucho ya
cuando otras veces hubo...

viernes, 4 de marzo de 2022

Sin buzones ni carteros

En la línea del tiempo
han muerto ya todos los buzones y carteros
que saltaban al pasado.

Otros rezos han asaltado con violencia
los gritos que diera a mis otras vidas.

Se han mudado lejos las pasiones
de beberme el mundo;
los hilos rojos se cortaron sin percatarme;
los tulipanes de papel
naufragaron hacia mejores olvidos;
y las clases universitarias
que desembocaban en fiesta
tienen resaltador y borrador por igual.

Ya los espacios blancos
se ven menos anchos
y yo insisto en darle los créditos
a la sagrada cercanía con mi velorio.

Los libros manuscritos;
las canciones irreconocibles;
unos actos con honores breves;
ya las promesas febriles
(o los otoños imaginarios)
los repasaron hasta el hartazgo.

Cuerdas, pulseras, lonas
y hasta mis palabras envejecidas
se reconocen más ridículas ahora.

A falta de mensajes por paga
y correos sin rostro,
solo aprecio los dobleces amarillos
de cada indecisión tomada desde afuera.

El trauma de los ruidos de borracheras
junto a unas vacaciones cálidas
se juegan la apuesta de fotos sin fecha.

Hallé en hipnóticas enciclopedias de deseos
sobre temas gastados
que son un ancla de infancia,
no obstante,
sordas ante mis fuerzas de cambio,
no van de vuelta al río de la memoria
ni a los congelados juegos de mesa
que tanto conservé para mi egoísmo.

Labios al preludio de olores,
fusiles de tinta secando aún,
parques repletos de indiferencia amorosa,
jergas juveniles,
vientos de lástima,
cortinas floreadas de culpa
y mi engaño anual para no crecer,
cerraron cicatrices que deseé ya abrir otras tantas veces.

Siento, de pronto,
que la única certeza que me queda
es atravesarme con todos mis remordimientos
a la vez,
pues algo lograría transformar
en la inocencia triste de la que tanto reniego;
pero también sé
que no merezco aquello a lo que me aferré hasta hoy
ni porque sacrifique mis más íntimos apegos
ante las vueltas opuestas de unos relojes
y las equivocaciones detrás de estas manos.

Hay en estos dedos
unas desangradas intenciones
de acabar con los próximos amaneceres
de personas que no usarán mi apellido
ni mi idioma,
tampoco mis mañas.

Por lo que ausente de mi voluntad,
he ajustado mi brújula
hacia los bosques oscuros de mi futuro,
aún carente de sentido o esperanza.

Hay en mi despiadada naturaleza
todavía un atisbo de intuición
por luchar ya solo lo que importa.

Voy entendiendo que no hay salida fácil al dolor,
porque cuando duele, aquella mierda lo vale.

jueves, 17 de febrero de 2022

Xelajú, 22:01

Este satélite unitario e inconcluso
a trescientos ochenta y cuatro mil cuatrocientos kilómetros de mí,
me recuerda tu última sonrisa
a otros doscientos kilómetros ya de mí...

Xelajú, 23:59

Y si regreso a ti
no es solo por el capricho de quererlo así,
sino porque hay algo en mí
que lo siente de verdad necesario.

Sin título

A solo
doscientos kilómetros
de puro extrañarte.

16:40

Volver a la ciudad
que te enseñó a temer la calle,
los buses y el ruido;
un ataque de humo en la cara
tras otro;
como bala entrar
y sin balas esperar salir...

lunes, 7 de febrero de 2022

Lo (espeso) de nosotros

Lo de nosotro'
siempre es un "hasta pronto",
uno constante,
terso y meditabundo,
inyectao' como sedante...

Un siempre "ciao"
bastante kilometrao',
un espeso silencio
atrapao' entre nuestras miraá'.

Lo de nosotro'
siempre fue un "hasta pronto",
uno constante,
plomo cuasi-moribundo
inyectao' como sedante...

El beso a contrarreló',
el abrazo que se rebalsó,
la sonrisa en el llanto,
un nunca "adió'".

Lo de nosotro'
siempre será un "hasta pronto",
uno constante
de minutos sin segundo',
inyectao' como sedante...

Esa última frase
que atrapa rota' las gana'
de queré' a fondo
hasta el más recóndito aliento
de recordarno' sin más motivo'...

sábado, 29 de enero de 2022

Plana no. 431

Lo cumplí
la deuda quedó saldada,
pues este viernes no salí.

Me quedé varado esperando la noche,
otra noche como el animal ansioso
que conocés que soy.

Confié, como acostumbro hacerlo siempre,
abrí la cortina a la hora acordada
solo para confirmar lo que de vos ya esperaba.

No hubo luna desde mi ventana,
aunque paciente dormitaba y despertaba
para dejar entrar y salir solo el mismo aire amargo.

Ahora decime,
¿cómo hacértelo saber a vos
que no estás ni vendrás?

Yo ya pagué con mis ganas apagadas
con tu anochecida ausencia
y la austera mentira que traigo encima.

¿Por qué entonces insisto como insisto
en seguir tributándote con cada luna nueva?
Acaso habrá vacaciones para este castigo.

Las nubes persisten
y las estrellas se deben reír allá arriba y detrás,
¿vos también te reirás o no has recibido noticia mía aún?

El telón diurno sigue apagado
como aquel tu último cigarro,
pero siento tu lástima acariciarme inciertamente.

Tantas veces despreocupados,
indiferentes bien quedamos
o hicimos el amor silentes.

Sé que ahora es tu turno,
pero otras veces fui yo
quien prefirió quedarse callado por los dos.

Quizá hasta un 30 de noviembre responderás,
o quizá el año que viene...
el año que viene será, ¿verdad?...

Acuario

Para Isamar

A los luceros que llamas estrellas
les faltará brillo,
pero tú se los darás.

A las aguas que confundas con mar
les faltará inmensidad,
pero tú se la darás.

A los países en tus viajes
les faltará nombre,
pero tú se los darás.

A los llantos ocultos tras tu edad
les faltará ternura,
pero tú se la darás.

A los hombres que buscas de noche
les faltará amor,
pero tú se los darás.

A los bailes que no tengan música
les faltará alegría,
pero tú se la darás.

A los licores sin suficiente alcohol
les faltará sabor,
pero tú se los darás.

A las mentiras que crees necesidad
les faltará compañía,
pero tú se la darás.

A los lujos que tanto acariciaste
les faltará uso,
pero tú se los darás.

A las nueve vidas que cuentes como gatos
les faltará quizá todo lo que a ti te ha sobrado,
pero cuando preguntes por lo que a ti te haga falta,
podrás buscarme, aún si por dentro ya quedaste vacía.

viernes, 10 de diciembre de 2021

A cuenta gotas

A cuenta gotas
saben mejor las penas,
el hambre,
las lágrimas,
la desesperación
y la voz silenciada de Dios.

Así como semillas
regadas por cada día del año,
se van ahogando bajo tierra,
esos duros vidrios indivisibles
de un dolor
que en lugar de dar flores,
espera paciente hacerse mina de suelo,
miseria triste
o canto de niño enfermo.

jueves, 9 de diciembre de 2021

De llegar tarde como forma de vida

Siempre que llego a la ventana
ya no hay fuegos artificiales ni estrellas sin nube.

Yo cada que alcanzo la puerta
sé que ha acabado el licor en otras gargantas.

La rutina me ha empujado
a dejar de esperar las fechas importantes.

No hay navidades ni cumpleaños
en los que oportuno resista la cita,
el festejo desmesurado
o comparta la algarabía de la puntualidad.

Es todo esto lo más parecido
a vivirme en el libertinaje pretencioso
a la que nos arroja la sociedad.

Mi infancia fotografiada desde mi cabeza
siempre resulta agredida
por la tormenta de mis alegrías efímeras.

Y es todo así,
todo tardío,
sin prisa
y presuntamente feliz...

Sé entenderme a solas,
como una telaraña alojada en la esquina
de los cuadros de memoria mal contada,
casi borrosa,
queriendo hacer fiesta
donde solo hay cenas sin vela
y sin luz
y sin vos detrás/delante/debajo de mí.

Porque sí,
otra vez llegué tarde, perdón...

Arañas de Schrödinger

Cada mañana me levanto
y encuentro una;
a veces en la pared,
otrora colgando del techo.

Al sonar la alarma
me encuentro telas a medio tejer
o lianas de un solo hilo
y no sé si son las mismas o son otras.

Relojes de ocho manecillas
rondando mis pisos y mis libreras,
¿se cansarán como yo
o aprenderán algo estando conmigo?

Entre la incertidumbre
de hacerme dios o muerte
las he dejado de contar,
pero, ¿qué contarán ellas de mí?

¿Por qué matarla o por qué dejarle vivir?
¿Por qué ser yo el juez y el verdugo?
¿Por qué pensar que viéndole
aquel arácnido me devolvería la mirada?

No entiendo cómo jodidos,
consiguiendo torpemente nada,
sin telaraña finalizada o mordedura hecha,
tanto insisten en el mismo sitio... mi sitio.

Alguna vez las imaginé ángeles,
pero igual les di final,
sin ponerme a pensar en las consecuencias
o en el círculo vicioso de seguirlas hallando.

En esa rutina de no obtener respuesta
ni de ellas ni de su destino,
sigo sintiendo dentro el deber de acabarlas
como primera actividad diurna.

Y ahí voy de nuevo,
sin la certeza de si esta o aquella
será la última
o quizá todas siempre son la misma araña.

lunes, 29 de noviembre de 2021

Sin título

Los lunes de cervezas y tragos
ya no acaban con cuerpos desnudos semiadormecidos,
ya no escupen compañías de horas que no son horas;
solo se asoman tristes,
lentos,
frágiles
y treinteañeros.

Con esas ganas medianas de todo,
incluso de querer vivir la vida
como si fuera un embrague reventado
cuesta abajo.
Es que ahora no hay más fondo
que el del promedio insomnio
adentrándose a las cinco de la mañana,
pensando que atardece gris
y al revés,
como la resaca de martes,
la del miércoles
o de un suspiro llamado jueves.

Soy quien
arrastrando el júbilo
que fuera beberme la juventud de otros labios
y las fuerzas entrecortadas
de ropas sin comida,
mientras reniego atención reptante,
prefiero el sueño, el letargo y el engaño
de desearme siempre solo
aun queriendo sentir otra silueta como la mía.

jueves, 11 de noviembre de 2021

Fecha

Para Jessie...
Cada año me pasa,
siempre confundo la misma fecha.

Hoy no será quizá,
pero el caso es
que llegado cada once de noviembre
pienso que es octubre todavía.

Debe ser el otoño rasgándose
de una vera a otra
o solo sos vos
desdoblándote dos veces,
como solo vos sabés.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Sin título

Me arrebataste todo y
me toca a mí adivinar quién sos
durante mis mañanas secas de tu llanto,
me toca verte solo por fotos y videos
más alegre sin mí en cada salida,
me toca escuchar en tu voz la algarabía
cada que hablas de otras nuevas personas,
me toca teatralizarte una feliz vida
cuando murmullo tu ausencia en mi mente,
me toca agredirte con silencios
incluso cuando quiero gritarte que te extraño,
me toca sentir lo que vos por mí tanto evitaste.

Alguna vez me lo dijiste/cantaste
y se supone
que yo ya lo sabía,
pero no imaginé
que a costa de esta ciega treta
entre el lento destino y el harto orgullo,
yo con las rodillas en el suelo
y vos con los rezos derrotados…
ahora cómo saber
a quién le dolerá de verdad
desde tan lejos…

domingo, 7 de noviembre de 2021

Siniestro

Tanta calma
redudante
y soldada al suelo
parece antinatural.

Esas formas de querer
que nunca fueron propias
de gente como vos y yo
ahora se desnudan
profundamente reales,
profundamente vivas,
tuyas, mías y nuestras.

Debe ser una catástrofe,
un siniestro en marcha,
un abismo
seco
y humeante
de ágil intención
queriendo decirnos algo...
como brújula descompuesta
o norte mal colocado
en el mapa
de estas corazonadas.

Teatros en versos/verbos

Para Carmen

[Se abre el telón]

Ahuyentadas las dudas
que rondan como
abejas en panal,
no hay frase
ni ejercicio lingüístico
que cubra mejor
el sonoro
eco
a vacíos,
que vos siendo vos.

Las marchas de un reloj
hacia atrás
                cada vez más atrás
son presagios pequeños
de un inconsciente verbo
que no
                que no
                                    que no
queremos usar.

Y es que al incinerar
las despedidas
también deberíamos saborearlas
como amor/ignición/pulsión.

No hay más que actuar
ni más guión por elaborarse,
los versos superpuestos
                    casi indispuestos
                                    casi supuestos
también son un síntoma
de que solo cerca
nos podremos sanar.

[Se cierra el telón]

Mi memorioso adiós

Para Leslie S.

En el surco
que se abre
por cielo,
«lejanía»
es la palabra
que leo.

Aún si enfrento
la memoria
contra el capricho,
igual la miel de los trinos
de tu boca
solo se saben mezclar
con algo de hielo.

En la suavísima sed
que me da tu foto,
tu grabadora
y tu canción,
he preferido hoy ayuno
con tal de no perderme
ni uno
de tus márgenes a contraluz
desde mi almohada silente.

Si me sigo alejando
de las perlas de tus poros
o los juegos de tus uñas
no es por ti,
no es por mí,
es por alcanzarnos
quizá mañana,
quizá un veintiuno o veintidós.

Ni yo soy tanto
ni tú tan poco
como para leernos mentiras
de que no volveremos
ni a las páginas engañadas
ni a las despedidas con vino
de camino al carro.

Que te quede
la más sincera sonrisa
en la religión de tus ojos,
aunque deba ser yo
quien llore
por la nueva espera de ambos
al nomás dar la vuelta...
al nomás...
                darte...
                           el adiós.

sábado, 16 de octubre de 2021

Sin título

Guardar el negro de la muerte
en esos ojos,
en esas manos,
en tus cigarros,
en los frascos rotos,
en las croquetas de tu perro...
no pude.

Tras el negro de signo zodiacal
que sigues recogiéndote en el pelo pintado,
en las suelas sucias de no saltar charcos,
en la fiesta de Halloween de hace un año,
entre tu pecho y el mío por no encender la luz...
te quise.

No puedo normalizar tu hondo sueño
tan negro, triste y sincero,
ni compartiendo rutinas,
horarios en la lavandería improvisada,
tras las rejas de tu voz sobre la mía;
nada de eso es tan ciego
ni tan nuestro,
como lo fue querernos caprichosamente...
hasta el fin de la vida.

lunes, 11 de octubre de 2021

¿Qué se hace?

Para Jessie

Acabando las lluvias de invierno,
antes de los vientos de noviembre,
¿podrás atenderme un instante?

Quiero verte directo a los ojos
mientras te oigo y te tengo 
en mi emoción de acercarme a ti.

Con la manera que solo vos tenés,
si acaso merezco tu voz en respuesta...

¿Qué se hace un lunes de este año
con estos manojos de besos sin dar,
con estas runas tatuadas de afecto triste,
con las esculturas de tus araños,
con tu fragancia en aquella ropa guardada,
con las frases sueltas en las camas de motel,
con tanta fuerza que era para abrazos,
con mi devoción por tu sonrisa,
con la parte de tu casa donde me metiste a escondidas,
con el reproductor de tu carro silenciado,
con los detallitos para envolver de regalo?

¿Qué se hace este lunes a esta hora
ya sin vida en mi calendario,
sin vos rondando mis sueños de medianoche,
sin redes donde ver tus fotos,
sin ganas de embriagar la memoria,
sin los juegos de mesa antes de follar,
sin las series para buscar tu compañía,
sin palabras para escribirte más disculpas,
sin la vergüenza para llamarte de pronto,
sin tanta excusa de mierda para llorarte,
sin miedo para preguntarte por sobras de amor?

¿Qué se hace con los regalos de cumpleaños
cuando te han cerrado cada rincón de encuentro
con tachuelas de olvido y esquirlas de indiferencia?

Si apenas es un lunes entre tanto octubre
y si Saturno ha entrado en Acuario
o lo que sea que eso signifique para vos...
Orquídea de otoño, ¿qué se hace de aquí en adelante?