El tatuaje de un remedio
aplicado en tu íntima piel,
curó toda la reseca hiel
que te di con mi asedio.
Como una buena mujer
sabes manejar ese estrés
mostrándome tu desinterés
con mentiras a medio tejer.
Eres una fogosa luz
que finge gran seguridad
ante mi menor ambigüedad,
como si esa fuera mi cruz.
Deberías leer entre líneas,
acercarte con lupa,
saber que tu boca ocupa
el vértice de todas mis ideas.
Temes por lo que te callo,
cuando soy yo quien duda
ante tu indiferente ayuda
con este amor sin soslayo.
Describes tu mundo sin mí,
incapaz de poder mencionarme
para pensar que pude equivocarme
dándote menos de lo que te di.
Sabemos la verdad inmediata,
no se trata de buscar enciclopedias,
a ti te gusta él a medias,
y conmigo, tu pasión se dilata.
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