Eres una persona horrible,
tu falta de humanidad
apenas deja que portes nombre,
pero debe ser una maldición
o el jodido azar de tu capricho,
lo que me hace mejor hombre
cuando me das tu cariño
o cuando insinúas tu atención en mí.
Importa un carajo cuanto me aleje,
importa menos si eres tú la que se va...
Yo así te detesto mejor.
¿Ya qué vergüenza podrías sentir?
Me has negado un feliz final,
te has robado mi obra y mi ser...
Perseguirte no sanará mi dolor
y a olvidarte, con los años,
dime ¿quién ha aprendido?...
¿Cómo despediste de fácil tus ojos
sabiendo que nos faltaron abrazos,
los últimos besos sinceros
y ese par de apasionados veranos?
Debe ser mejor para ti así,
aquel iluso de pocas palabras,
de promesas de jueves por la noche
y con sentimientos sin intento ni sustento.
¿Quién se habrá interpuesto
o qué te hizo tan dura conmigo?
de saberlo ¿qué cambiaría lo nuestro?
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