La única vez
Que estuve ebrio de amor
Hice matemática
De un cuerpo.
Puse en práctica
Mis manos tangentes
Con sus curvas
Convergentes y divergentes.
Descifrar la ecuación
De aquella mujer
Mi tacto no pudo
Mi mente no supo.
Busqué con insistencia
Llegar al cardioide
Desde su plano cartesiano
Pero no me lo permitió.
Muchos métodos y despejes
Hasta en coordenadas polares
Usé sin poder lograr
Una igualdad absoluta.
Las variables y constantes
Tenían distintos vértices
Y cada gráfica femenina
Era distinta de la que buscaba.
Los radios y las intersecciones
Me dejaban una conclusión
Cada vez más clara
Ella era un evento irrepetible.
No había accidente
En el experimento de tenerle,
Equis era tan distante de ye
Que no podía reemplazarle.
De pronto se volvió
Tan inamovible de mi vida
Y ella tendía a mí
Como yo a ella.
No hubo gravedad
Suficiente nunca
Que atrajera ni sus ojos
Hacia mi ciencia.
La única velocidad
Que he forzado
Es la del olvido
Por poema escrito.
Su alquímico perfume
Solo sembró en mí
Una estequiometría
Inestable e insensata.
Todos los elementos,
Resultado de perderla,
Me hicieron esta aleación
De químico literario.
Ahora al llegar la sobriedad
Mi única esperanza
Es calcular cuan distantes
Podremos amar de verdad.
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