La insurgente palabrería aborda este navío
del que te hice capitán sin dejar de dirigirlo yo,
¿Y cuántas veces te dejé sin habla
sobre las mismas tablas que hoy pisabas?
Esa infeliz noche que acomoda las distancias
se asemeja a las sábanas heladas sin ti,
¿Cómo devolverte a este retazo de mí
si nunca dejé una brújula para que me encontraras?
Cuando la luz de la madrugada asume ser blanda
e inundarte perfectamente el sueño
¿Serías capaz de perturbar tu alma conmigo
sabiendo que no tienes necesidad de amor ni dueño?
Tan independiente y fuerte eres todavía
sin cicatrices de caricias en tu piel aún
¿De dónde tomo yo el mapa de tus celos
si ni siquiera cargar puedo con los míos?
Prominente cada curva de tus labios
justo al ras de mi violento movimiento
¿Confesarás que lo que acabas de hacer
antes no lo aprendiste a contener?
Entonces al horizonte de esta alba
toda la mar de susurros aflorados preguntará
¿Qué nos falta para bajar a tierra firme,
será suficiente con ahogarnos de nuevo
o debo dejarte dormida mientras trato de irme?
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