Nadie fue capaz jamás,
De mostrarme como olvidarme
De todo aquello que fue bello
Y se vuelve borroso y peligroso.
Yo no podría dejarte aprender
Por tu cuenta tal situación,
Pues el maltrato que hice
A todo tu interior puro
No me apetece tranquilidad
Tras la transfigurada culpa
Que galopa mis sentidos,
Cuando cierro mis ojos.
Te daré un alivio tibio,
Que asome luego con apego
Al embate tímido infringido
De mis errores que van peores.
Funcionará para tu alma:
Darte amor sin falta,
Consentir tu belleza serena
Y robarle tiempo a todo.
Procura no recetarte odio
Y aléjate del horror del miedo,
Pues siempre tendrás más
De lo que todos obtendrán:
Se llama Amor, dale tu color.
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