Permití que se asomara
entre sueños y caricias,
tan cerca y bella tu cara,
tan tuyas esas malicias,
lo dejé en tus manos todo
me percaté del tiempo poco,
arrebataste con tu modo
hasta la sombra que me tocó;
yo te perdía más al despertar,
aunque nada percibía del día nuevo
que entre la ventana empezó a llegar;
al fin el astro pronto se elevó:
tu mejor intentó aún lo puedo recordar,
fuiste mía hasta que el sol te relevó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario