Introducción

El poeta que bebe café sabe bien
que el único mejor aroma
entre la tinta y la taza
es el perfume de su amante.

-Rodrigo Villalobos F.

sábado, 15 de febrero de 2014

Me Hubiera Gustado (1)

Hoy me hubiera gustado que me gustaras
más que por tu voz alejada o tus labios pintados.

Bien me hubiera gustado conocerte más,
más que en tu sonrisa recelosa o tu ropa cara.

Ya me hubiera gustado conocer
más de tu tez aceitunada o de tus largos cabellos.

Es que me hubiera gustado conocer
más que tu mirada desatenta, tu destino en la ciudad.

Sólo me hubiera gustado más
conocer tu nombre y conocer dónde bajas.

Y me hubiera gustado que te gustara yo,
saber adónde viajas y si te gustó mi poesía durante el camino.

lunes, 10 de febrero de 2014

Del Regalo Adecuado

Se sabe poco de dar sin dudar
en un mundo donde al vivir
apenas se aprende a recibir.

Recibirlo no se agradece tanto
así como otorgarlo se vuelve espanto,
y no se vale pensar antes de comprar.

Porque al parecer tiene todo precio,
la venta de ilusiones con olor
se vuelve a los días sólo dolor.

No queda siquiera su sinceridad
ni etiquetas para la mala amistad,
debe ser mentira todo el aprecio.

Debe ser música mal pagada,
o palabras tan sólo prostituidas
que a poco son memorias suicidas.

Yo regalé a quien no me ha amado
el mejor presente inadecuado,
un alma con tinta bien rimada.

A cambio recibí una sonrisa,
de las que afloran y marchitan
cual acuarelas que ya despintan.

La emoción duró aún menos,
porque en esos versos plenos
se fue mi amor cual polvo de tiza.

jueves, 6 de febrero de 2014

Tus Besos Definen

Difieren siempre tu boca con tus besos
porque crees que me daña tu incertidumbre,
cuando en realidad ya es una costumbre
preguntarnos ¿cómo terminar este amor ilesos?

domingo, 2 de febrero de 2014

Yo Así Te Detesto Mejor

Eres una persona horrible,
tu falta de humanidad
apenas deja que portes nombre,
pero debe ser una maldición
o el jodido azar de tu capricho,
lo que me hace mejor hombre
cuando me das tu cariño
o cuando insinúas tu atención en mí.

Importa un carajo cuanto me aleje,
importa menos si eres tú la que se va...
Yo así te detesto mejor.

¿Ya qué vergüenza podrías sentir?
Me has negado un feliz final,
te has robado mi obra y mi ser...

Perseguirte no sanará mi dolor
y a olvidarte, con los años,
dime ¿quién ha aprendido?...

¿Cómo despediste de fácil tus ojos
sabiendo que nos faltaron abrazos,
los últimos besos sinceros
y ese par de apasionados veranos?

Debe ser mejor para ti así,
aquel iluso de pocas palabras,
de promesas de jueves por la noche
y con sentimientos sin intento ni sustento.

¿Quién se habrá interpuesto
o qué te hizo tan dura conmigo?
de saberlo ¿qué cambiaría lo nuestro?

sábado, 25 de enero de 2014

El Leve Cariño De Los Amantes (Con Marre Calderón)

Te quiero en mi vida, en cada parte que venga de ella...
Te quiero ante todo y después de todo...
En la duda de tus decisiones y el apetito de tus verdades a medias.

Imagina, ¿cómo sería quererte? 
¿sentirte? 
¿vibrar contigo?

Si fuese un instante, una vida y hasta una muerte,
dime, ¿cómo sería?

¿O cómo vivir el gozo de ser tu sombra?
quizá el retrato de ser tu inquietud,
quizá un veneno en el cristal de tus ojos.

Me da curiosidad saber hasta donde llegarías,
como crecerías en mí, 
¿serías capaz de expandirte?

De ser tuyo el mar de mis playas,
¿cuál fuera el margen de tu encanto
y cual la excusa para no alejarme de tus labios?

¿Y si no tuviese límites?
¡Imagínate! sería una gracia desgraciada,
una dicha a medias o completa
pero con sabor amargo...

Serías lo más parecido a luz de día entre ramas de cerezo,
una precavida y sutil luna entristecida por mi compañía...
Tan sólo la memoria de mis manos
sobre el lienzo de tu ausente piel.

Te daré mil razones para que te quedes,
si es que un día puedo ser la luna alrededor de ti...
Pues si fuese posible
yo te daría hasta mi alma,
¡Sí!, hasta ella te daría sólo para saber qué se siente,
cómo se vive y hasta dónde se ama en realidad.

¿Acaso puedes venir ahora?
Sólo quiero saber cómo, con eso me basta…
Por ahora...

Es que si te bastara el silencio
y te sobrara el arte de robarme el habla,
con tus besos, como con tus palabras disfrazadas,
donde se encuentre tu mirada,
me encontrarías sin siquiera desearlo...

Puede ser demasiado el tiempo sin mi voz
entre tu sueño y tu miedo de no pertenecernos,
pero lo que yo te ofrezco
¿cómo te lo pido de vuelta?
si estoy sufriendo por vivirte
sin poder entre mis brazos tomarte...

http://laisladelosjuguetesdescompuestos.blogspot.com/

viernes, 24 de enero de 2014

Expectador

Dos sombras se exponen,
al fondo se quedan,
de a poco se acercan
y quererse pretenden.

El faro que ilumina,
temeroso acecha la escena:
ella atada cual cadena
y él con abrazos de esquina.

Yo los tengo a la vista,
de casualidad me los encuentro;
entonces la nostalgia se adentró
por aquel desamor que lejos ya dista.

Por aquellos dos ajenos sin aprecio,
la agonía en mí, cede,
mientras en ellos un beso quede
yo maldeciré a este corazón necio.

Me marcho porque quiero quedarme,
me aparto porque soy débil,
y porque de seguir esa actuación fácil,
esta rabia no dejaría labios que recordarme.

miércoles, 22 de enero de 2014

Algo Por Ti

Para que me correspondas
pude reconocer en ti
siquiera algo de mí.

Cuando me preguntan,
sin negarlo,
me inquieto.

Al recordarte
lo tengo más claro,
incluso sin tenerte a mi lado.

Es que aún siento algo
que te reclama mía
sin poder ser tuyo.

Yo siento algo por ti,
que me advierte siempre dolor
en la desesperación de tenerte.

Esto es algo mío,
sin ser nuestro,
que vive sólo por ti.

Algo para ti,
que pide volverse a sentir,
algo de ti.

sábado, 18 de enero de 2014

Adiós Abreviado

¿Y qué le queda a tu vida cuando me despido?
quizá el sabor sin calor de susurros en los labios,
la humedad del día sin siquiera un "te quiero",
o sólo la aventura de vivir atada a tu placer.

¿Entonces qué le queda a tu vida cuando me despido?
Un error pronosticado a ser lo que somos tal vez,
el malgastado tiempo a través de ventanas y retratos,
o el breve sueño plácido que de golpe se hubo detenido.

viernes, 17 de enero de 2014

Fragmentos

Por si acaso algo de tu dulzura se suelta,
no pongas importancia al eco de mis manos,
tan sedientas de alcanzar las sobras de tu encanto.

domingo, 12 de enero de 2014

Arácnidos Mentirosos

Fue desde pequeña que Silvia conoció y se cuidó de aquellas ocho patitas, que según ella, siempre habitaban en un rincón alejado bailando sobre telas blancas. Tenía más claro que el agua sus agudos conocimientos de exterminio por su experiencia, pero le reproducía un terrible asco tener que saber lo que otros sabían de arañas, quizá para sentirse segura para sí misma pensando que no existían tantas como se mencionaba, o la sencilla y apasionada fobia le impedía verlas en ampliadas fotos con datos científicos, porque, qué podría tener de científico un insecto destinado a clavar sus colmillos en vidas humanas.

También fue ese temor instintivo e improvisado lo que le llevó a conocer a su esposo como tal, Adrián. Del mencionado encuentro con Adrián, rescata con sus amistades, que no fue más que la obsesiva pasión extendida como red en aquella oficina, de su entonces jefe. El show fue acrobático, y de no ser por Adrián, Silvia hubiera conocido de bruces el final de su maniobra, cuando al presentarse para hablar del mal récord de ventas que llevaba el departamento y cuanta porquería financiera se encerraba en medio de aquellos papeles resaltados con números rojos, se detuvo en silencio para asomarse a la telaraña que alojaba presas y sobre todo, al cazador en pleno movimiento arácnido y repulsivo. De puntillas, sin zapatos de un momento a otro, salto sobre el estante, un seco asesto contra la residencia del arácnido y los brazos de Adrián apenas previos al suelo, después de eso... boda y dos hijos.

Había conocido otras plagas, por supuesto que sabía bien de la existencia de ratones, cucarachas y alacranes, de sus nidos y de su modus vivendi, en casas y en exteriores, enjambres que adornan las ventanas, del escurridizo mapache noctámbulo y de la serpiente que llegó al jardín cuando ensimismada en la rutina recortaba su rosal. Pero de eso, nada le perturbaba tanto como aquella manifestación de boca de tijera, entre ocho columnas delgadas y lúgubres en aspecto de acecho, a veces rápida y reptante entre rincones, desafiando la gravedad, otras veces estática, lenta, paciente a quién sabe qué. Desde niña las apreció y aborreció, su instinto le dictaba erradicarlas y sobre todo alejarlas de sus telarañas, como si eso les quitara la vida con más efectividad que un apretón de suela de zapato.

La vida se cansa, le jugó una broma, una terrible al no querer enterarse más de lo que experimentaba ella misma con las arañas, prefería animarse con su realidad, pensar que era verdad lo que ella quería que fuera verdad, pensar que esos detestables animales de mortal vitalidad, sólo eran reales en sus telas o cerca de ellas, una triste irrealidad de mentiras que se llevó hasta el último día que existió.

Y ese día, no tardó, era una madre joven aún; adormecida en sus quehaceres, Silvia dejó ir a sus hijos y esposo como cualquier otra mañana. Se asomó al jardín para limpiarlo en la rutina que se asignaba y en el extremo de la cerca vio una araña. Esta vez detuvo con atención su mirada, sus pasos fueron secos y lentos como para no dejarla ir, ésta era más singular, nunca la reconoció en sus recuerdos, no la vio existir. Su cotidianidad de hacer pedazos sus cuatro pares de patas sobre el abdomen empezaba a maquinarse, aunque con más cautela que otras veces.

La impresión fue ingrata, no encontró una sola telaraña cerca de aquel infeliz visitante. Se la imaginó saltando de su sitio, pero no pasó nada en aquella proximidad. Escudriñó más tranquila, buscó hasta en la entrada de la casa, y por sobre la cerca del vecino sin detectar telaraña alguna. El morbo tomó lugar del pánico al ver que mientras ella se movilizó por todo el lugar, la pequeña criatura no había cambiado su posición ni un poco. Tan negra y tan simple, se la imaginó muerta ya, tanto mejor que un médico delegando un acta de defunción.

Más impaciente que decidida dirigió la mano al abdomen ovalado de la trepadora inerte, luego de pensar si iba por un frasco o la tumbaba inmediatamente a golpes. Adivinó entonces su muerte el insecto y se relajó como lo hubiera hecho otro por instinto de sobrevivir. Ante el gozo estético que le brindaba el tatuaje rojo que veía, recubriendo el negro trasfondo, se paralizó más de deleite que de miedo, porque la pensó muerta quizá y no sabía de aquella letal arma de la naturaleza que recogió sin pensar en veneno como con otras. Sin saberlo fue una picadura en su palma la que se llevó su alma. Mientras ella admiraba al inmutable insecto, que permanecía estático, a la visión de quien no tardaba en morir sin saberlo. Porque siempre escapó de conocer lo que debía de ésta y ahora el inoportuno viento le propinó el fin que le demostraba su error, evadiendo saber sobre el reloj de arena que su existencia nubló.

El Miedo De Un Hombre

El temor desgarra mis pensamientos,
me invade su voz,
me usurpa con la mirada tanto
que me siento víctima,
siento que juega con fines de herirme
y ni siquiera tengo claro quién es o qué quiere.

Ha de buscar en mí defectos,
ha de quererme de forma egoísta,
me debe admirar en secreto y
pretende con mimos y caricias suaves perversiones.

A un hombre cuando se le enamora,
se le impiden los malos tratos,
la caballerosidad aflora como agua del hielo
y es vulnerable de palabras...
¡Teme! y se deja enredar de sentimiento.

Cuando decae la conciencia
esa sutileza femenina se queda impregnada,
apenas se despierta el gusto de verla
y un beso se atraviesa por la cabeza.

Si yo quisiera ser herido,
así como se abate el prado por el viento,
desearía que fuera ella
para provocarme con su encanto,
quizá el temor de atreverme más,
quizá el placer de volverme a destrozar.

En sus manos dejaría el intento
de sentirme el dulce sustento de su piel,
a lo mejor permita todo de ella
aunque el final lo anticipe en dolor más que en amor,
tal y como se acaba la felicidad
que antes se me prometió en otra ocasión.

Apenas atento a mi lastimoso final,
agresivo de apetito por esta mujer,
olvidando que ya antes me han dejado morir,
instintivo al cariño que estoy dejando que me otorgue
y hombre, porque cometeré pronto algún error,
espero que esta vez
ella se quede más al fondo de mi pasión...

Podría ser una hermosa daga a mi ilusión
o un retazo de espejismo a mi corazón,
incluso el libro que me tome por su autor,
pero esta fobia de no aprender a querer,
que no quiere cura (o no la tiene),
sólo de ella se quiere alimentar.

miércoles, 8 de enero de 2014

Fijada

Fija el aura matinal de tu ventana,
fija estaba tu asolada mirada,
fija en llanto por mi espera,
fija amando a quien te queda.

Perder Lo Que Tenía De Ti

Permití que se asomara
entre sueños y caricias,
tan cerca y bella tu cara,
tan tuyas esas malicias,
lo dejé en tus manos todo
me percaté del tiempo poco,
arrebataste con tu modo
hasta la sombra que me tocó;
yo te perdía más al despertar,
aunque nada percibía del día nuevo
que entre la ventana empezó a llegar;
al fin el astro pronto se elevó:
tu mejor intentó aún lo puedo recordar,
fuiste mía hasta que el sol te relevó.

martes, 7 de enero de 2014

Intensión Del Espejo

Detrás de cada espejo,
sólo nos queda el placer
de querer vernos
como deseamos,
con quien nos apasionamos,
donde el alma nos seduce
y para distraernos
del miedo a la realidad.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Pláticas De Espera

Y si te vuelvo a ver, tras la larga espera de dejarnos de conocer,
quizá haya algo de mí que aún puedas querer...

martes, 10 de diciembre de 2013

Amor (10)

Ese momento cuando todo el mundo
sabe que responderte a los ojos,
ese instante donde cualquiera
interpreta un guión de caricias
con un beso de punto final,
justo ahí,
yo permanezco
sin nada sensato que contestarte,
nada que no sea
un poema postergado y acumulado,
de los que puede que nunca
hayas leído o quieras leer;
aún así,
esto para mí es Amor
y ojalá lo llegara a ser para ti.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Aviso

Es un permiso
concedido y omiso,
el más bello descuido
que se haya pedido,
un miedo que se quiso
fuera de mi improviso
para dar por ido
un cortejo apenas vivido,
la prisa sin aviso
acaba cuando deslizo
de arriba hacia el piso,
la boca a tendido
donde te resulte prohibido
otro amante menos merecido.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Amorío De Primera Plana

Editorial redactada a versos y besos,
doblada por la mitad de espacio
que asoma entre líneas de renglón abierto,
son preguntas desordenadas
que persiguen la desnudez de tus dedos,
cuanto más se lee menos se entiende
que de aparecer tu boca al borde de mi cuerpo,
sólo advertiría que amarme pretendes,
que en la primera página de lo que somos,
sólo somos dos almas de papel
puestas juntas, recitando el guión,
de querernos conocer sin márgenes
ni publicidad de buscar pertenecernos.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Deep Black

Para la única SOLEDAD capaz de ASOLAR mi vida...

De profundo negro azabache, el azufre que cubre su cima, el encaje que no deja desnuda su piel de nieve febril, y el evidenciado corazón que dirige su parecer.

Combustión de sobra para quien participa con otro que no fuera su nombre. Deep Black en honor al sabor de arena volcánica que la memoria le disuelve al verla mentalmente. Él trabajador de finanzas, ella la mejor amante de su lista. Aquella lista que tachados conserva nombres y apenas los rostros de irreconocibles rasgos menores. Sobresale ella, que por ser primera luna del primer verso de su corazón, se quedó primera aunque de verdad poco recordara de la que fuera su novia en vez primera.


...

Sangre derrama el broche de su cuello, del botón más alto a la orilla de la cama, inútil carmesí líquido endureciéndose por la gravedad que hiciera más espeso el conglomerado vino tinto de tanta ropa apenas seca. Ella conversa despacio, él le tiende la mano, se fijan intensos los ojos e intuye bien ella que no saldrá viva, mientras suspira el alivio de la tortura ya inerte de cuerpo, luego inerte de sentir y decidir. Él avanza con la mano suelta tras el cuello de la muchacha y la empuñadura de la daga infiltrándose hasta el borde de la manga.

Es noticia sin impacto, de gusto cansado, el típico banquero de corbata que se anota dispuesto al servicio al cliente del otro día, pretendiendo ser villano de su amor sin medida, el cuerpo destensado y el bullicio afamando, que mató por placer antes de que la traición de una castaña mujer, le llegara a su orgullo, los celos probar y beber.

La familia de ella entró esta vez en la vida de él. Deep Black tenía las manos manchadas de sangre, el celular en el piso y a su espalda, los ojos acariciados de espanto y alegría, por saber que le reconocía quienes pudieron ser su familia política. Las palabras en el ambiente no estaban claras, ni siquiera los pasos hacia la patrulla estaban claros, los gritos de las que él quiso considerar por una vida cuñadas, sabía que se alimentaban más de desprecio por ellas mismas que por él, el hecho de que ellas le dieran las pistas para llegar a darle una visita a la castaña sombra de su hermana, ahora víctima, les hacía cómplices sin desearlo ni serlo siquiera.

Pero Deep Black era el único que conocía la realidad detrás del destajo justiciero al que le denominaban todos los medios de comunicación como "crimen". La voluntad de abrazar los barrotes de una celda tras un femicidio, no fue al principio tan aceptada, y ahora la única persona con capacidad de explicar tan singular situación estaría unos 2.5 metros bajo tierra. Porque las causas de acabar con una vida humana casi siempre son venganza pero lo único que tenía el planeta de este teatro bullicioso con letras amarillistas, era a un banquero arquitecto de una obra sanguinaria; pruebas como la llamada hecha por el mismo Deep Black al terminar el crimen, la daga que ornamentaba la casa de la víctima, y un hermoso y níveo cadáver que perdía su belleza con cada milésima de segundo que le coqueteaba al reloj de cualquiera.

La catarsis del juzgado fue no poder sacarle con las palabras más endulzadas ni con las más soeces una causa o razón que justificara toda la escena, en cambio se encontraron con un banquero y poeta, con palabras más o menos rebuscadas, de corbata gris perlada, bufanda lapislázuli perfumada con algo caro, zapatos negros impecablemente lustrados, camisa conrintísima y aquellos pantalones color luto, que recitaba su culpabilidad sin dar motivos o mostrar consecuencias psicológicas fuera del tribunal cuando llevaba su saco del mismo tono que su pantalón, haciéndolo un espectro de pesadillas para la familia de quien le inspiró ese pseudónimo.


...

Para aquel atardecer pintado palorosa, el recibimiento en la habitación donde Deep Black fue invitado por la mujer que tenía especial intensidad en su alma, constaba de un leve sofocamiento, ni siquiera parecía tan espaciosa desde afuera donde solo se apreciaba la espejeada ventana tintada del color del cielo. Las cortinas se corrían de delgadas a anchas entre los aterciopelados dedos de la chica. Un discreto perfume de mujer recorría cada pared como aconsejando comodidad y sugiriendo que era éste el dormitorio principal. A partir del momento en que la Castaña se relajó, sobre la cama con su nuevo look de lisos y febriles cabellos azabaches rodeándole discretamente la espalda, Deep Black supo que era una invitación a quedarse como si ella fuera la que estuviera esperando ese momento de su vida.

Se quedaba a oscuras y en silencio el techo de la alcoba, permanecía sutil el ingrato clima de su desnudez, la Castaña de lisos negros recostada en el pecho de Deep Black aún gastaba su aliento en perfumar de suspiros el gozo de permanecer tan juntos, uno con otro. Pero debía poner fin al llanto que le acontecía en los cimientos de su alma, ella hace mucho que cargaba con una realidad ajena de sí. Conocía el fin de la tortura porque era un camino empedrado con intenso final carnal, y allí, cuando el éter de su encaje se enredaba de nuevo sobre el marfil tibio de su piel, rogó ser escuchada y lo fue. Deep Black conservó cada palabra en silencio, como almacenando agua en un vaso, sabiendo que cuando ya no hubiera más agua para llenarlo, sería él quien tomaría la responsabilidad de acabar con sufrimientos que le perseguían a él, así como a su amada de volcánicos retazos sobre vainilla.

Así se entregó ella al altar de su casa, sin saber que era sacrificio, y él la tomó como quiso siempre, pero sin esperar más que el gusto de vivir su vida tal y como la conocía hasta ese momento. Ella murió sola, porque no quería engendrar a quien no reconocería su lado paterno, él murió solo, en la celda, pero de vejez por callarlo todo. Se contentaban en su lecho de muerte, porque esperaban ansiosos que la vida que conocían, les consideraría para la próxima, una casa estilo canadiense, compartiéndose el tiempo que tanto desperdiciaron en esta, sus hijos esta vez serían fruto del amor entre los dos y gastarían cada alba para ser más pareja que lo que fingieron carnalmente en el primer intento.


...

El único secreto que no se compartió en el destino de estos dos amantes sin fortuna, fue que Deep Black no se suicidó inmediatamente después de ejecutar a la Castaña de hebras oscuras. El consentimiento que le hizo ella a su asesino amante no concuerda con hacerlo vivir hasta su senectud. Algunos creen que Deep Black recobró algo de cordura tras ver a su amada tendida sin pulso entre la claustrofóbica alcoba, otros creen que, al contrario, Deep Black por ser algunos años menor en edad que la Castaña, deseaba ser mayor al momento de su muerte para agradar en su otra vida, con sorpresa, a su idílica mujer; esas razones ya no tendrán importancia entonces.

Delirios Para Mi Corazón Cansado

Caramelo de terror al escapar
a tientas sobre la noche
del arcoiris de tu vista,
a espaldas se queda la lluvia
y el canto del aire sobre tu rostro,
ahora somos incapaces
de amarnos sin dañarnos.

Somos azúcar de verano
dormida a la sombra de un beso,
una sola bengala
encendida sin prisa ni placer,
solos e inertes,
una playa en ocaso
rendida al furtivo encuentro
de dos cuerpos corruptos
al pulso de sus latidos.

Por ello
profundos intentos
de irnos sin querer hacerlo,
nos hacen pareja
de demencia sin nombre.